Dos de cada tres pacientes deprimidas, sin diagnóstico

Rioja2

0

Entre el 15 y el 20% de la población española sufre anualmente un episodio de ansiedad y entre el 25 y el 30% lo padece al menos una vez en su vida.

En España, actualmente, podría haber aproximadamente seis millones de personas deprimidas, de las cuales tan sólo una tercera parte ha recibido un diagnóstico adecuado. El abordaje de los trastornos depresivos tiene que centrarse, además de en la elección de un tratamiento adecuado, en la toma de medidas correctoras que permitan reducir el alto coste de estas patologías. Así se recoge en la 'Guía de Buena Práctica Clínica en Depresión y Ansiedad', que forma parte de una colección realizada por la Organización Médica Colegial (OMC), con el aval del Ministerio de Sanidad y Consumo y el patrocinio de Wyeth, y cuya edición actualizada ha sido presentada en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.

Tal y como queda reflejado en esta Guía, realizada por profesionales de Atención Primaria, gran parte de estos pacientes con trastornos de ansiedad y trastornos depresivos son atendidos en el primer nivel asistencial. “En la actualidad, casi el 80% de los pacientes con esta sintomatología son tratados por el médico de Atención Primaria; por ello, es fundamental proporcionar unas pautas a todos los médicos de primaria para el diagnóstico y tratamiento de la depresión y la ansiedad para que, de forma homogénea y unificada, y basándose en la evidencia científica, puedan actuar frente a estas patologías”, asegura Miguel Bernardo, jefe de Sección de Psiquiatría Hospitalaria del Hospital Clínico de Barcelona.

Este especialista insiste en la necesidad de que desde Atención Primaria se diagnostique y elija el tratamiento adecuado para estos pacientes. “Este tipo de trastornos emocionales, como la ansiedad y la depresión, en los casos en los que no son clasificados como graves, deben ser atendidos por médicos de Atención Primaria, ya que los servicios de Psiquiatría están cada vez más enfocados a trastornos mentales de más gravedad”, señala el doctor Bernardo.

LOS MÁS VULNERABLES

Por su parte, Francisco Toquero de la Torre, Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Vicesecretario del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y Coordinador de la Guía, resalta la importancia de una formación adecuada de los médicos de Primaria en este campo: “Lo que pretendemos con este tipo de guías es aportar esa nueva fuente de conocimientos para que el médico de Atención Primaria actúe de una manera resolutiva ante estas patologías tan extendidas en nuestras consultas. Hay que tener en cuenta que hay poblaciones especialmente sensibles a estos trastornos como los ancianos, y que hay muchos tipos de factores sociales y ambientales que favorecen su aparición en esta edad. Es importante, además, insistir sobre los cambios de vida que se producen en personas con esta problemática y su influencia en su entorno familiar y laboral”, señala.

De hecho, según las conclusiones de este documento, los trastornos afectivos -como la depresión- tienen una alta recurrencia y suelen ser crónicos, lo que los ha convertido en enfermedades que necesitan un tratamiento a largo plazo. “Según las estadísticas, este tipo de trastornos afectará a más del 10% de los españoles a lo largo de su vida, la mitad de los cuales sufrirá además recaídas. A este respecto, los últimos estudios han confirmado que cada nuevo episodio depresivo aumenta a su vez la probabilidad de recurrencia, de ahí que los especialistas intentemos, cada vez más, disminuirlas e incluso tratemos de prevenirlas, y para ello lo más efectivo es un tratamiento a largo plazo”, asegura Miguel Bernardo.

Por tanto, el paciente que sufre este tipo de trastornos tiene que ser tratado lo más pronto posible. “Derivar a Psiquiatría, en un nivel de especialista u hospitalario, conlleva un retraso importante, y patologías de este tipo no pueden soportar demoras que se prolongan en el tiempo porque se corre el riesgo de su cronificación”, advierte el doctor Toquero. Este especialista, destaca además la importancia de la terapéutica en este tipo de enfermedades. “Hay que conocer muy bien qué clase de tratamiento se administra al paciente, la dosis que hay que recetar, saber si está en tratamiento de otras patologías, y las posibles interacciones que puedan surgir al respecto”.

...Y ANSIEDAD

La depresión es definida en la Guía como una alteración incluida dentro de los trastornos del estado de ánimo que se manifiesta, principalmente con un sentimiento de tristeza, la pérdida de energía e interés por las cosas y alteraciones del sueño, apetito y peso, entre otras.

Junto a los trastornos de adaptación, los trastornos depresivos son el grupo más frecuente de los atendidos por el médico de Atención Primaria. Si se tienen en cuenta además a aquellos pacientes con síntomas depresivos menores, de leve gravedad, la prevalencia puede alcanzar casi hasta el 20% de la población, señalan los especialistas. En España, a lo largo de la vida, entre un 20-25% de las mujeres y el 7-12% de los hombres padecerán algún episodio depresivo.

Por su parte, la ansiedad (o angustia) es definida como aquella emoción que aparece cuando el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Según recoge la Guía, entre el 15 y el 20% de la población española podría sufrir un episodio de ansiedad anualmente, y entre el 25 y el 30% lo padecerían al menos una vez a lo largo de su vida. “La coexistencia de ansiedad y depresión es la norma más que la excepción. Los pacientes con ansiedad generalizada presentan un estado permanente de ansiedad, no relacionado con desencadenantes específicos, y muestran una preocupación continuada por multitud de situaciones. Este estado de ”ansiedad libre flotante“ es la característica más llamativa del trastorno”, destaca el doctor Miguel Bernardo.

Además, la Guía recoge los perfiles, para su mejor detección y tratamiento, de grupos de individuos con características especiales respecto a los trastornos ansioso-depresivos, como los niños, ancianos, embarazadas, inmigrantes, mobbing, burnout o estrés postraumático.