La ola de violencia que está azotando a Río de Janeiro, que comenzó el pasado sábado, parece estar lejos de terminar. Los enfrentamientos entre la policía militar y presuntos narcotráficantes en el norte de la ciudad han dejado dos nuevos fallecidos, según ha informado un portavoz policial al diario O Folha de Sao Paulo.
Este último tiroteo se ha registrado en la favela de Jacarezinho y comenzó cuando fueron detenidos cuatro individuos que presuntamente participaron en los enfrentamientos de este sábado en el monte Macacos. “Parecía una guerra”, afirmó un testigo presencial del tiroteo.
Los enfrentamientos que está viviendo el norte de Río de Janeiro comenzaron en la madrugada del sábado, cuando los sicarios del monte de San Joao se aliaron con otro grupo e intentaron invadir el morro de los Monos para desplazar a los narcotraficantes locales. Sao Joao está controlado por el Comando Rojo (Comando Vermelho, CV), mientras que Macacos está bajo control de Amigos de los Amigos (ADA) y, según el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, la policía estaba al tanto de este intento de invasión.
Como resultado de esta primera ola de violencia murieron 12 personas y otras 10 resultaron heridas. Además, un helicóptero de la policía fue derribado y ocho autobuses fueron incendiados por miembros de las pandillas.
Las autoridades brasileñas han enviado más de 3.000 policías militares y civiles a la zona
que participan en el operativo para restaurar la seguridad. Por su parte, el ministro de de Justicia, Tarso Genro, ya ha ofrecido la intervención del Ejército, algo que, por el momento, el gobernador de Río, Sérgio Cabral, rechaza.