180 minutos para salvar la temporada. Ese el margen con que cuentan el Balsamaiso y el Varea, los dos representantes riojanos en el grupo II de División de Honor. Los primeros sabían, desde hace meses, que el sufrimiento sería una constante durante toda la temporada y aspiraba a llegar con opciones a la recta final. Los de la barriada, por su parte, han ido perdiendo fuelle y después de ser incapaces de ganar desde el 5 de enero, se han metido en más problemas de los esperados.
Raúl Llona y Constan Berzal, sustituto de Eduardo Arévalo en el banquillo de la barriada, son los encargados de perfilar los dos últimos partidos con un único objetivo, sumar los puntos necesarios para salvar la categoría.
Raúl Llona es optimista. Hoy por hoy el Balsamaiso está en puesto de descenso, pero asegura que la salvación está en sus manos. “Dependemos de nosotros mismos y si somos capaces de ganar los dos partidos creo que nos mantendremos”, afirma al tiempo que reconoce que “sabíamos que la permanencia iba a ser muy difícil pero contábamos con que en la recta final nos enfrentaríamos con equipos de nuestra liga”.
Pese a todo confiaba en afrontar las dos últimas jornadas con menos obligaciones. “En los cuatro o cinco últimos partidos siempre se dan resultados extraños pero ninguno de los cinco equipos que estamos en la pelea está salvado y si la lógica se impone estas jornadas podemos ser optimistas”. A favor del Balsamaiso juega también su experiencia en la zona baja. Para bien o para mal el equipo de Llona se ha pasado media liga en los puestos bajos de la clasificación y el técnico confía en que sus jugadores sepan ahora aprovecharse de esa capacidad de sufrimiento que han demostrado en la liga.
“No es lo mismo estar todo el año en los puestos bajos que venir de una zona tranquila y caer abajo. Es lo que le ha pasado al Rio Vena y espero que sepamos aprovechar esta circunstancia y que ellos acusen su dinámica negativa de las últimas semanas”.
“SOMOS EL EQUIPO MÁS DÉBIL”.
Esa dinámica negativa es compartida también por el Varea. Con cambio de entrenador de por medio, el conjunto de la barriada afrontó la segunda vuelta prácticamente salvado pero el transcurrir de las jornadas se ha convertido en un auténtico calvario para los de Constan Berzal. Cuatro puntos en los últimos once partidos y cinco derrotas consecutivas han dejado a los arlequinados en una situación crítica: “Puede pasar cualquier cosa y las combinaciones son muchas”, dice Berzal, “pero hoy por hoy el equipo más bajo de la zona baja somos nosotros”.
No quiere ni pensar en el descenso pero cuando hace cuentas y ve que es una de las posibilidades (“tenemos el average perdido con Numancia, Balsamaiso y Rio Vena”, recuerda) confía en que el equipo puntúe en Vitoria. “Si sumamos un punto dependemos de nosotros para salvarnos en la última jornada. Si no...”
El problema del Varea es que no se sabe cual es el origen de la situación. “La segunda vuelta ha sido un auténtico desastre y ahora somos un equipo de mentalidad frágil, sin suerte y también estamos acusando las lesiones, aunque esto no es una justificación”. A favor del equipo juega “el cambio de actitud del partido ante el Athletic”, pero Berzal es consciente de que “si la cabeza no funciona, las piernas tampoco lo hacen”.
“Son chavales”, resume, “y es complicado trabajar el aspecto psíquico, pero estamos con mucha ilusión y ganas de jugar en Vitoria y encarrilar la salvación”, sentencia.