El alma de los poetas

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Las I Jornadas sobre la Bohemia Literaria de la Universidad de La Rioja han tenido como protagonista este lunes a Lola Díez González Blanco, sobrina-nieta de Andrés González Blanco, importante crítico, escritor y poeta de principios del siglo XX. Lola Díez ha sido la encargada de retomar la memoria de su tío y de dar a conocer todo el legado cultural que dejó antes de su fallecimiento en 1927 a través de la conferencia 'La recuperación de la memoria: Andrés González Blanco'.

“Andrés tenía el alma de los poetas”, asegura Lola Díez. Su relación con la bohemia, concretamente con el bohemio riojano Armando Buscarini, fue descubierta por su familia a través de una carta que escribió González Blanco sobre Buscarini. De esa misiva, también surgió la idea de organizar todo el archivo y biblioteca de Andrés González Blanco.

El escritor mantuvo correspondencia durante su corta vida -murió con 37 años- con grandes figuras literarias de la época, como Unamuno, Pío Baroja, Pardo-Bazán y, además, con muchos bohemios de la época. La idea de compilar todo su legado estuvo motivada por la enorme documentación que dejó en manos de la madre de Lola Díez. A partir de ese momento, los familiares fueron descubriendo grandes libros de la época que él escribió -unos cien publicados- y alrededor de cuarenta poemas, así como artículos publicados en períodicos como el Imparcial, convirtiéndole en uno de los críticos literarios más importantes. También trabajó en la revista 'Cervantes' y el el periódico 'La Jornada'.

El escritor estudió en el Seminario de Oviedo; después, continuó su formación con la carrera de Filosofía y Letras; y con tan sólo 17 años comenzó a publicar sus primeros poemas y su primera crítica, que hizo sobre Azorín. Además participó en tertulias sobre bohemia en la Cervecería Inglesa de Madrid, como las que hacía Ramón Gómez de la Serna, y editó el primer libro de 'Poemas de Provincias'.

Lola Díez González asegura que el hallazgo de todos estos documentos fue por “casualidad” y que la conferencia que ha impartido en Logroño está “enfocada desde una posición personal”. Además, Díez ha explicado que en España una de las formas que hay de plantear el pasado y la historia es hacerlo “a través de los nietos o de generaciones posteriores” que tienen una visión más amplia de lo que supusieron figuras como la de Andrés González Blanco durante aquellos años. Por otra parte, la escritora asegura que, para entender la literatura, es importante tener en cuenta el legado de escritores menos conocidos como lo fue su tío-abuelo.

Según Díez, Andrés González Blanco fue uno de los “críticos más importantes de su momento en España y Latinoamérica”. Además, según afirma, su tío-abuelo contribuyó a “hacer a España más culta y abierta” y acercó a nuestro país “la literatura de Portugal y Francia”. Fue también uno de los “introductores en España, a través del Ateneo de Madrid, de muchos autores latinoamericanos”, lo que trajo como consecuencia un enriquecimiento cultural en aquel momento al país.

Lola Díez, heredera de una familia de escritores, ha seguido el camino de sus antepasados y en muchos momentos se reconoce como parte de la saga literaria González Blanco. Mujer de amplia trayectoria en el mundo de la literatura y de la comunicación, Díez ha sido subdirectora de del Círculo de Bellas Artes de Madrid, así como directora de Comunicación de Alfaguara, Taurus, País-Aguilar y Alafaguara Infantil-Juvenil. Actualmente organiza el archivo y biblioteca de Andrés González Blanco.