El asesino de Palomino confiesa que le apuñaló por “instinto”

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Josué E. de la H., acusado del asesinato del joven Carlos Palomino, confesó este lunes ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid que lo juzga por un delito de asesinato y otro de tentativa de homicidio que apuñaló al joven de 16 años “por instinto” al verse amenazado en el vagón del Metro en el que se encontraba solo por un grupo de “personas armadas”, que le produjeron “miedo”.

Palomino murió el 11 de noviembre de 2007 a consecuencia de una puñalada mortal que le asestó el acusado en el Metro de Legazpi, cuando se dirigía a 'reventar' una manifestación de Juventudes de Democracia Nacional contra los inmigrantes. Casi dos años después, la Audiencia comenzó a celebrar el juicio con un fuerte control policial. Antes de iniciarse la vista, un centenar de amigos de Carlos se concentró para exigir Justicia.

“Me vi acorralado por esas personas armadas.

Me entró miedo, pensé que si se me lanzaban, no saldría vivo de allí. Me salió el instinto. Noté que me rodeaban. Me dijeron: 'de aquí no vas a salir, fascista de mierda'“, manifestó el acusado, quien se mostró con una actitud altiva y fría en la primera sesión.

Ni siquiera la mirada directa que le lanzó la madre de Carlos, Maria Victoria Muñoz, logró que Josué modificara su rostro distante. 'Mavi' relató a la sala que conocía que su hijo tenía la intención de acudir a la contramanifestación y que le advirtió de que podía ser “peligrosa”. Antes de entrar en la vista, manifestó que confiaba en la Justicia y espera que el tribunal dicte una sentencia “ejemplar”.

La fiscal solicita para el procesado 17 años de prisión por un delito de asesinato y otros 12 por tentativa de homicidio contra Alejandro, el amigo de Carlos que intentó quitar el arma al asesino y que recibió una puñalada de la que se recuperó a los tres meses.

“Saqué mi navaja porque me señalaron. Uno sacó un puño americano y otro una navaja”, prosiguió Josué, quien negó pertenecer a alguna organización neonazi, así como simpatizar con las Juventudes de Democracia Nacional, de ideología fascista. Negó que, tras apuñalar al joven, levantara el brazo a modo de saludo hitleriano. A preguntas sobre si se consideraba patriota, contestó: “Soy un español que le gusta que gane la selección española”.

La abogada que representa a la acusación popular del Movimiento contra la Intolerancia le inquirió acerca de si amaba el Estado español de Francisco Franco o el de la democracia, a lo que respondió: “Me considero español. ¿Cómo voy a amar el Estado de Franco si no lo conocí?. ¿Y cómo voy a amar algo que desconozco?”.

PALOMINO, “SE ENCARÓ”

El procesado relató que Palomino se acercó a él nada más entrar en el vagón, al identificar a Josué con un neonazi por la sudadera que llevaba, de la marca 'Three Stroke', y su cabeza rapada. “Él apartó a la gente. Se encaró. Fue directo hacia donde estaba. Su intención era que le diera mi sudadera. Se abalanzó hacia mí”, relató Josué, quien en ese momento blandió su navaja, asestándole una navaja al temer por su integridad física.

“Temí por mi vida”, esgrimió. Además, insistió en que no llevaba preparada la navaja, peses a que las imágenes captadas por una de las cámaras recogieron que sí lo hizo. Josué explicó que portaba este arma del Ejército porque acababa de salir del cuartel y al día siguiente tenía que ir de maniobras.

A preguntas de la fiscal, negó que ese día acudiera a la manifestación convocada por Democracia Nacional contra los inmigrantes y aseguró que se dirigía a Villaverde, donde había quedado con “unos colegas para tomar algo y comer”. “No sabía que hubiera ninguna manifestación”, aseveró el acusado, a quien la fiscal le recordó que en su primera declaración reconoció este hecho.

“SABÍA LO QUE HACÍA”

Otra de las personas que resultó herida al tratar de reducir al agresor relató que había quedado en el metro para acudir a una contramanifestación para expresar “pacíficamente” su rechazó a la actitud de los simpatizantes de Democracia Nacional. Una vez que entraron en el vagón, Carlos se dirigió al “asesino” y le dijo: “Ey, tío”, preguntándole por la marca de su sudadera.

“El asesino sacó una navaja y le apuñaló en el corazón. Fue algo rápido. El tío sabía lo que tenía que hacer. A Carlos no le dio tiempo a defenderse”, narró. Insistió en que “nadie iba armado”, añadiendo que “sólo llevaban silbatos para hacer --en la manifestación-- más ruidos que ellos”. “Él mostraba la navaja para apuñalar a más gente. Intentábamos entrar para quitarle el arma, pero él daba navajazos a quien se acercaba”, apuntó.

Otro de los heridos certificó que Josué impedía entrar en el vagón a todo aquel que se acercaba. “Iba de un lado hacia otro con el cuchillo. Sabíamos que el primero que se acercara iba a ser apuñalado”, indicó con voz temblorosa. El joven señaló al tribunal que renunciaba a la reclamación civil. “Nadie va a pagar esto. No quiero nada de dinero”, aseveró.

INCIDENTE AL TERMINAR LA VISTA

Al concluir la vista oral, agentes de la Policía Nacional tuvieron que intervenir ante la presencia de dos jóvenes con estética neonazi que se acercaron a las puertas de la Audiencia para reclamar la libertad de Josué.

Las chicas se apostaron a las puertas de la sede judicial, donde también se encontraban los amigos de Palomino. Uno de ellos alertó a la Policía de la presencia de dos chicas a favor del acusado, que con sus gritos les estaban provocando, al tiempo que lanzaban panfletos donde se podía leer “Josué libertad, que nadie encarcele el aire entre barrotes”.

Cuando los agentes se dirigieron a reducirlas, éstas saliendo corriendo. En su camino, un antifascista le propinó a una de ellas un puñetazo. La Policía intervino. Solicitó la identificación a estas tres personas y a las jóvenes las dirigió hacia un taxi para que se marcharan del lugar. Además, la Policía informó a la joven que podría interponer una denuncia por su agresor por lesiones leves, según fuentes policiales.