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El Atlético gana incluso en las peores situaciones

Rioja2

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El Atlético de Madrid se apuntó el triunfo ante el Panathinaikos (2-1), que le sirve para evitar a un equipo de 'Champions' en el sorteo de dieciseisavos de la UEFA, de manera heroica, con un disparo de falta transformado por Simao cuando pasaban cuatro minutos del tiempo reglamentario y cuando los rojiblancos jugaban con uno menos por expulsión de Luis García.

No fue el mejor partido del Atlético en su estadio, pero el equipo demostró que nada tiene que ver con el de anteriores temporadas. Gana siendo mejor y peor, e incluso en las situaciones más dramáticas. El Panathinaikos no había recibido un sólo gol en la fase de grupos y controlaba el partido. Se había incluso puesto por delante a la media hora de juego, pero el Atlético es un equipo con fe.

Los rojiblancos, que no encontraron a Forlán, su mejor jugador en las últimas fechas, siguieron trabajando el partido y primero Luis García, a cuarto de hora del final, y más tarde Simao, de libre directo, transformaron la tragedia en una gran noche europea.

Un escenario del que el Atlético sale reforzado como grupo, viendo los saltos del banquillo y de su técnico Javier Aguirre, y también en la clasificación porque finaliza primero de grupo y se cruzará con un tercero en la ronda de dieciseisavos.

El estadio Vicente Calderón, acostumbrado esta temporada a grandes hazañas de su equipo, fue de nuevo escenario idóneo para el crecimiento del Atlético. Su talento se terminó imponiendo al sudor y trabajo de los griegos, muy firmes en defensa y que reforzaron sus argumentos por medio de Salpingidis superada la primera media hora de juego.

Al Atlético le costó encontrar el camino y eso que en la reanudación Aguirre se la jugó dando entrada a Reyes por un defensa, Zé Castro. El equipo rojiblanco apretó, pero sin crear peligro sobre la meta defendida por Malarz, pero su arreón final le permitió acercarse a una meritoria victoria.

Luis García culminó dentro del área una combinación rojiblanca y un gran pase de Agüero. El empate, a quince minutos del final, era insuficiente y el Atlético redobló esfuerzos. El Panathinaikos, bien parapetado, no dio excesivas opciones hasta la falta al borde del área que motivó el tanto de Simao cuando transcurría el cuarto minuto de los cinco de prolongación otorgados por el colegiado.

El luso, con maestría, le dio parábola al esférico, en dirección a la escuadra, y Marlaz, tampoco muy fino, golpeó el balón cuando ya estaba dentro. Era el gol del triunfo, de la alegría y de los sueños rojiblancos, en una temporada en la que están lanzados.