El balón como referente

Rioja2

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Sergio Rodríguez lo tiene claro; cristalino. Y lo transmite a los suyos. Da igual que enfrente haya un oponente de superior categoría. Es lo de menos. Lo importante es ir adquiriendo los mecanismos por los cuales esta Unión Deportiva Logroñés va a ser reconocida esta campaña. El balón es el que manda. Para lo bueno y para lo malo. Las Gaunas es un campo singular, una excepción en el grupo II y a él va a apelar el bloque blanquirrojo. Así lo demostró ante el Zaragoza, contra el cual empató a uno pese a que lo más justo hubiera sido la victoria aragonesa, ya que la superioridad durante la primera mitad fue más que manifiesta.

Cuesta dar un pase de seguridad, principalmente tras robo, y eso repercute en que luego las cosas no salen como estaban ideadas. Ante el Zaragoza fue una constante porque el cuadro de Segunda división vino a Las Gaunas con los deberes hechos. Sabía que enfrente iba a tener un equipo al que le gusta dominar los tiempos y qué mejor manera de evitar que el bloque local se sienta plácido que imprimir un ritmo alto de juego con balón, presionar cuando no se tiene y tratar de ir metiendo a los blanquirrojos bajo la querencia aragonesa.

Los hombres de Sergio Rodríguez, pese a ello, no perdieron el orden, lo mantuvieron con destreza, sabiendo dónde y cómo presionar. En ocasiones dio sus frutos, pero después había que tener la cabeza fría para dar un buen pase. En la primera media hora, la UDL no paró de bascular, de ayudarse como equipo, de actuar como un conjunto constante y aguerrido en labores defensivas. Lo complicado era hacerse grandes con la pelota. Había buenas intenciones y enfrente había un equipo que apretaba e impedía que los logroñeses cogieran aire.

Aun con todo, el Zaragoza pudo desnivelar la contienda en varias ocasiones. En la primera, Ángel sirvió un balón largo que pilló desprevenidos a Caneda y Bobadilla. Borja Iglesias controló, se adecuó el cuerpo, pisó área y equivocó su lanzamiento. Demasiado cruzado. En la segunda oportunidad clara, Buff remató de cabeza a la salida de un córner y Miguel, cual portero de balonmano, sacó una gran mano. En este sentido, Sergio Rodríguez, en las acciones a balón parado, mandó defender en zona, como ya hiciera en la segunda parte frente el Alavés el pasado sábado en Laguardia.

Insistiría el bloque de Natxo González con una doble ocasión consecutiva. Benito, el lateral diestro, culminaba una buena acción de los aragoneses, pero Miguel, de nuevo, tocaba lo justo para desviar. Y en la jugada posterior, un centro desde la izquierda fue rematado sin fe por Javi Ros que, dentro del área pequeña, tiró el cuero fuera. Los laterales visitantes traían en jaque a una UDL que sufría y quería coger aire como fuera posible. No es de extrañar que Ratón fuera un espectador más.

De hecho, un detalle de Cabrera, caño a Zapater tras un robo, y una contra mal ejecutada por Ñoño fue lo único destacable en la faceta ofensiva, y eso que pasada la media hora la entrada en escena de Miguel Santos, Muneta y Espina –provocando faltas que oxigenaban- dieron algo más de aplomo a los blanquirrojos. Sin embargo, con ellos sobre el césped, el Zaragoza se adelantó en el marcador después de una serie de rechaces y despejes infructuosos hasta que llegó Ángel para marcar. La UDL, furiosa, reaccionó con una galopada de Marcos André y en el siguiente saque de esquina Caneda estuvo a punto de empatar. Es más, Muneta sacó dos faltas, en la primera la barrera bloqueó el lanzamiento y después Bobadilla no pudo rematar, mientras que en la segunda Ratón se tuvo que esmerar con una mano salvadora en la escuadra.

En la segunda parte, nuevos protagonistas, cuatro por bando, y similares ideas. Si acaso parecía que ahora no había tanta superioridad visitante, sólo al principio. Mucho juego en la medular, ganas de agradar y hacerlo con velocidad a partir de tres cuartos partes de campo, principalmente el bando maño, y escasas oportunidades para el lucimiento bien de los delanteros bien de los porteros. La ronda de sustituciones finalizaría pasada la hora de encuentro y sólo dos hombres actuaron los 90 minutos: el portero Ratón y Salvador, sacrificado por la paternidad de César Remón –tampoco debutó el central Ramiro Mayor-.

Las imprecisiones fueron generales y mientras que el Zaragoza insistía en hacerse con el balón, la UDL encontraba pequeños oasis cuando combinaba con criterio –siempre lo intentó- y daba continuidad en la sucesión de pases. En ese sentido, Diego Gordo no acusó estrenarse con el primer equipo, ya que Salvador, su pareja en la medular, servía de apoyo en todos los menesteres. Zubiri y Sotillos apelaban a la energía para contener las llegadas rivales, mientras que Espina y Muneta le daban algo de pausa cuando así podían hacerlo.

Enfrente el Zaragoza, con el paso de los minutos, fue perdiendo llegada y un tiro de Guti desde la frontal fue atajado por Fermín -después bloquaría otro tiro potente-, para posteriormente acariciar el poste. A la UDL le costaba generar, no había profundidad en las filas blanquirrojos, pero ante un oponente de superior categoría bastante hacía con robarle el cuero el mayor tiempo posible. Y en una contra apareció el empate. Balón largo para Espina, se frena en el área, levanta la cabeza, cede para Dani Gómez y el delantero es trabado por un defensor. Muneta, con calma, marcó desde los once metros, lo cual animó a la grada.

Restaban doce minutos y los riojanos creyeron en la remontada, se les vio con más confianza en lo que estaban ejecutando y eso se acusó sobre la hierba, ya que el cuadro aragonés empezaba a asumir que le habían quitado el control del juego. El duelo estaba equilibrado en el marcador gracias al buen hacer de los porteros locales, ya que el premio fue máximo para una UDL que estuvo pletórico en la efectividad. Eso en cuanto al resultado, en lo que concierne a ir cocinando el encuentro los chicos de Sergio Rodríguez supieron, con su identidad, ir anulando la superior categoría del rival para insistir, una vez más, en esos automatismos que deben hacer reconocible a la UDL. El sábado, en Isla (11.30 horas), un campo con otras dimensiones a Las Gaunas, tercera oportunidad de seguir acumulando minutos frente a un conjunto de Tercera división, el Anguiano.

FICHA TÉCNICA

UD Logroñés: Miguel (Fermín, min. 46); Kike (Miguel Santos, min. 30), Caneda (Zubiri, min. 46), Bobadilla (Sotillos, min. 46), Paredes (Medrano. Min. 64); Sergio Benito (Muneta, min. 30), Arnedo (Diego Gordo, min. 46), Salvador, Ñoño (Adrián, min. 64); Cabrera (Espina, min. 30) y Marcos André (Dani Gómez, min. 64).

Zaragoza: Ratón; Benito (Delmás, min. 64), Jesús Valentín (Verdasca, min. 64), Grippo (Zalaya, min. 64), Ángel (Lasure, min. 46); Zapater (Eguaras, min. 46); Papu (Febas, min. 46), Javi Ros (Alain, min. 64), Buff (Xumetra, min. 46), Pombo (Guti, min. 64); y Borja Iglesias (Rai, min. 64).

Goles: 0-1, min. 37: Ángel. 1-1, min. 78: Muneta.

Árbitro: César Soto (Colegio Riojano). Amonestó al visitante Eguaras (min. 68).

Incidencias: Alrededor de un millar de espectadores en Las Gaunas en el segundo amistoso del conjunto blanquirrojo.