El BCE cree que “la recesión global ha tocado fondo” y que en la zona del euro “el ritmo de contracción se ralentiza claramente”.
En su boletín mensual de agosto, el organismo advierte sin embargo de que “la actividad económica será débil en lo que queda de año”. “La significativa política de estímulo en las principales áreas económicas debe apoyar el crecimiento global, incluida la zona del euro”, dijo el BCE.
“Los datos recientes todavía sugieren que la actividad económica seguirá débil lo que queda de año, aunque el ritmo de contracción está ralentizándose claramente”, recoge el boletín que, sin embargo, advierte de “efectos retardados” como el que sufrirá el mercado laboral “en los próximos meses”.
“De cara al próximo año, tras una fase de estabilización, es esperada la recuperación gradual con tasas de crecimiento trimestrales positivas”, añade.
Respecto al riesgo de una posible deflación, el BCE mantiene el objetivo de inflación en una tasa cercana al 2% a medio plazo. A pesar del episodio de “inflación extremadamente baja o negativa” a corto plazo, la estabilidad de los precios se mantendrá a medio plazo, “apoyando así el poder adquisitivo de los hogares de la zona euro”.