Parece que desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, Estados Unidos ha abierto los ojos a la problemática del cambio climático. Los últimos experimentos realizados han provocado que expertos militares y de Inteligencia adviertan de que el fenómeno del cambio climático supondrá una profunda amenaza estratégica para Estados Unidos.
El nuevo peligro que supone el cambio climático hará que el Ejército estadounidense no sólo se vea obligado a intervenir ante los problemas asociados con el clima en el mundo, que podrían alterar significativamente el mapa político, sino que también pondrá en riesgo las operaciones militares estadounidenses.
Un ejercicio desarrollado el pasado mes de septiembre por la Universidad de Defensa Nacional exploró el impacto potencial de una gran inundación en Bangladesh. Según esta hipótesis, la crecida de las aguas provocaría el desplazamiento masivo de centenares de personas a India, incrementando la posibilidad de conflictos religiosos o interétnicos, contagio de enfermedades y enormes daños a infraestructuras.
“La situación se pondría realmente complicada a una velocidad enorme”,
estima la subsecretaria de Defensa Estratégica, Amanda Dory.
Estudios como este han fomentado el giro adoptado en la política medioambiental, que inicialmente se centraba en la reducción del consumo de combustibles fósiles y la emisión de gases contaminantes. Ahora, se añade el problema social y militar, una faceta que podría acelerar la discusión en el Congreso estadounidense.
Uno de los principales valedores de la introducción de una legislación favorable al medio ambiente es el ex candidato demócrata a la Presidencia y actual presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, John Kerry. En declaraciones al diario 'The New York Times', Kerry reconoció la necesidad imperiosa de “convencer a los escépticos” en la Cámara Alta, y para ello ya ha hablado con 30 senadores todavía indecisos en la materia.
“Llevo dando razones desde hace muchos años, pero hasta ahora el cambio climático no ha sido una cuestión prioritaria porque mucha gente todavía no había unido los puntos”, dijo Kerry, que se abstuvo de citar los nombres de los senadores con los que se había reunido.
Lo que sí hizo fue citar como ejemplo el actual conflicto en Sur de Sudán, que ha causado la muerte de decenas de miles de personas y que ha provocado el desplazamiento de otras tantas por unos combates que son consecuencia, principalmente de la sequía y del aumento incontrolado de territorio desértico. Una circunstancia que, en el futuro, “se va a repetir mucho más y a mayor escala”, advirtió Kerry.
El Pentágono y el Departamento de Estado llevan años considerando la influencia internacional del problema de la dependencia energética, según el diario estadounidense, pero sólo ahora se están dando cuenta del problema político que supone el cambio climático, no sólo de cara a los conflictos internacionales, sino de la amenaza natural que se plantea contra sus propias bases en el exterior.
De esta manera, “la sensación de amenaza provocada por el cambio climático se ha convertido en un tema central en la estrategia del Departamento de Estado”, señaló Peter Odgen, el jefe de gabinete del principal negociador estadounidense sobre cambio climático, Todd Stern.
Muchas de las instalaciones militares consideradas “críticas” para la estrategia militar en el extranjero corren grave peligro.
Estos nuevos problemas han causado que organismos como el Consejo Nacional de Inteligencia hayan redactado un informe que concluye que el cambio climático es un factor esencial que contribuye a alimentar un gran número de problemas: hambruna, pobreza, degradacion medioambiental y, principalmente, el debilitamiento institucional de los países afectados.
“Las exigencias de estas respuestas humanitarias potenciales podrían afectar significativamente las estructuras de transporte y apoyo a las tropas del Ejército estadounidense”, señaló el informe, “lo que podría retrasar el tiempo de respuesta y disminuiría la profundidad estratégica de algunas operaciones”.
Este informe es el principio de una serie de estudios que están desarrollando diversas agencias de inteligencia, más concretos, centrados en el impacto del cambio climático país por país, como por ejemplo en China o India. Se espera que los resultados coincidan en el peligro inherente que supone emprender una misión, del tipo que sea, con el clima en contra.
“Pagaremos por esto de una forma u otra”
, advirtió el general retirado y antiguo director del Mando Central, Anthony Zinni, en un informe redactado para el grupo privado de estudios para la Marina de EEUU, CAN. “Pagaremos para reducir hoy las emisiones de gas de efecto invernadero y habremos de asumir el golpe económico de alguna forma, o de lo contrario pagaremos después en términos militares, pero en este caso, el precio serán vidas humanas”, concluyó.