En una muestra de la crisis política y social a la que se deberá enfrentar Abhisit, al menos 200 manifestantes bloquearon el acceso al Parlamento y arrojaron ladrillos a los vehículos de algunos diputados después de que se hiciera oficial el nombramiento del nuevo primer ministro.
Con gritos como “Abhisit, candidato del Ejército”, los manifestantes denunciaron que el ya jefe del Ejecutivo, de 44 años, es una tapadera del Ejército, que derrocó en septiembre de 2006 al ex primer ministro Thaksin.
Abhisit consiguió en la votación parlamentaria 235 votos de los diputados de su formación política, el Partido Democrático, y de otros grupos, incluido el Puea Thai, formado por legisladores del disuelto Partido del Poder del Pueblo (PPP) de Thaksin, condenado por corrupción pero actualmente en el exilio.
Su ajustada victoria -necesitaba 219 votos para ser elegido- demuestra que la confusión política que vive Tailandia desde hace unos tres años va a continuar, agraviada por las protestas antigubernamentales que llevaron al bloqueo de los dos aeropuertos civiles de Bangkok hace dos semanas.
“Muy pronto, el impacto de la crisis económica global se sentirá muy seriamente en Tailandia. El nuevo primer ministro necesita prepararse inmediatamente para ello”, señaló un profesor de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok.
Según declaró Abhisit en una rueda de prensa tras ser elegido en el Parlamento, reavivar el crecimiento económico a través de un aumento del gasto público será su prioridad, aunque subrayó que no concretará ninguna de sus ideas para gobernar hasta que jure el cargo ante el rey Bhumibol Adulyadej.