¿El fin del mundo?

Rioja2

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A la largo de la Historia, siempre han acompañado al hombre los temores apocalípticos. El 999, el año 1000, el 2000 o incluso el 06 del 06 de 2006. Cualquier cambio o indicio numérico siempre ha sido una buena excusa para poner en marcha el pesimismo más atroz.

Hoy también es un día de estos en que se ha dicho, como tantas veces, que es el principio del fin. Todo por una máquina de nombre enrevesado y que resulta difícil comprender para qué sirve. Se llama Gran Colisionador de Hadrones, LHD. Es el acelerador de partículas más grande que se ha construido nunca.

Es el proyecto científico más ambicioso hasta el momento. Se trata de generar un Big-Bang subterráneo para averigüar, nada más y nada menos, la naturaleza de la materia, es decir, cómo empezó todo.

Sin una cualificación científica, parece imposible entender qué consecuencias puede tener poner en funcionamiento el LHD, pero algunos científicos, los menos hay que decir, apuntan a este acelerador de partículas como la causa del fin del mundo. Es necesario indicar que esta posibilidad representa poco más de un cero por ciento.

Quizás con este experimento se pueda despejar la gran incógnita: ¿de dónde venimos?. Una pregunta existencial que nos lleva a la segunda gran 'X': ¿a dónde vamos?. Esperemos que la primera cuestión pueda resolverse, lo que provocará tener más datos para solucionar la segunda. Por el contrario, si los vaticinios más pesimistas se confirman, no sabremos de dónde venimos, pero sí a dónde vamos.

Lo de hoy será un ensayo general. Las primeras colisiones de partículas no se llevarán a cabo hasta dentro de unas semanas, una vez que los científicos del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, CERN, comprueben que todo funciona a la perfección. En este proyecto participan 10.000 científicos de unos 500 centros de investigación.

La inauguración del LHC podría haberse suspendido. Sin embargo, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo no se tomó en serio la demanda interpuesta por un grupo de físicos que exigieron la paralización del proyecto. Aseguran que el LHC podría desencadenar un pequeño agujero negro con consecuencias apocalípticas, ya que la Tierra acabaría literalmente engullida por este sumidero cósmico.

El Tribunal de Estrasburgo desestimó la demanda y el CERN se vio obligado a emitir un comunicado para tranquilizar a todos aquellos que sigan temiendo que el fin del mundo se acerca. El director general del CERN, Robert Aymar, ha querido zanjar la polémica con rotundidad: «El LHC es seguro y cualquier sugerencia de que sea peligroso es pura ficción».