El abogado sudafricano y experto en resolución de conflictos, Brian Currin, presentará este lunes en Bilbao a los cinco miembros del Grupo Internacional de Contacto (GIC), que promoverá la legalización y alentará “la confianza” en la posibilidad de “un proceso de paz exitoso”.
La comparecencia ante los medios de comunicación será a las 11.30 horas en el Hotel Barceló Nervión de Bilbao y, en ella, se entregará un dossier en el que se dará a conocer la identidad y el currículum de los integrantes de este Grupo Internacional de Contacto. En la presentación, los miembros del GIC no realizarán declaraciones, y pospondrán sus explicaciones sobre sus planes de trabajo y primeras propuestas a un acto público que celebrarán el miércoles.
El 12 de noviembre de 2010, el facilitador Brian Currin, en una comparecencia en Bilbao, explicó que se crearía el Grupo Internacional de Contacto, compuesto por expertos internacionales en la materia, una vez que ETA declarara un alto el fuego.
El 10 de enero de 2001, tras dos meses de espera, ETA hizo público un comunicado en el que declaraba un alto el fuego “permanente, de carácter general e internacionalmente verificable” y su “compromiso firme” con lo que denominó “un proceso de solución definitivo” y con el final de “la confrontación armada”.
Tras ello, se comenzó a trabajar en la creación del Grupo Internacional de Contacto, que anunció una primera visita al País Vasco, que, finalmente, se materializará este lunes y este martes.
Según explicó el promotor de la Declaración de Bruselas, Brian Currin este colectivo tendría como objetivo promover la legalización de la izquierda abertzale, alentar medidas de “generan confianza”, “asistir” a los partidos para preparar una agenda de diálogo político, alentar “la negociación multipartita”, “sin condiciones y sujeta a los principios Mitchell”, para lograr un acuerdo de superación del conflicto, y “mediar a petición de las partes”, en caso de bloqueo.
En su visita a Bilbao en noviembre del pasado año, Currin destacó que había tratado de consultar con la mayoría de actores políticos vascos con el objetivo de definir “el mandato” para el Grupo Internacional de Contacto.
Mandato
Tras subrayar que se había mantenido “contactos constructivos”, manifestó que, fruto de ello, es el “mandato general para el GIC” de “agilizar, facilitar y posibilitar” el logro de la normalización política de Euskadi.
El facilitador adelantó que esta normalización consistiría “en un escenario inclusivo y transparente basado en las vías exclusivamente democráticas, y en ausencia total de violencia o amenaza de violencia de cualquier origen, donde se acuerde un marco jurídico político ampliamente compartido que garantice un escenario de estabilidad en el que todos los proyectos democráticos puedan ser tanto defendidos como materializados”.
“Todo ello tendría su base en el principio de respeto a la voluntad democrática de la sociedad vasca, a la pluralidad política, a los principios democráticos y a los procedimientos y normas vigentes”, subrayó.
Según aseguró, los firmantes de la Declaración de Bruselas habían dirigido “de forma inequívoca” la demanda de la comunidad internacional que representa dicha declaración. Además, ha recordó que, tal como han sido requerido por los que suscriben este documento, el GIC empezaría a trabajar cuando ETA declarara un alto el fuego.
Objetivos
Este Grupo Internacional de Contacto se propone, en base al “mandato” que considera que le han dado “los actores, promover, facilitar y posibilitar la legalización” de la izquierda abertzale, alentar las medidas que generen confianza, como “la superación de las medidas especiales que restringen su actividad política” y la adaptación de la política penitenciaria “a la nueva situación política transformada”.
Asimismo, desarrollará una labor de “animar y asistir a los partidos, en la medida en que sea requerido, con la preparación y desarrollo de una agenda para el diálogo político”.
También “alentará, facilitará y posibilitará, en la medida en que sean requeridos por los partidos, el diálogo y la negociación multipartita, sin condiciones y sin un resultado predefinido, sujeta a los Principios Mitchell”. El objetivo de este “diálogo y la negociación multipartita sería alcanzar un acuerdo inclusivo para superar el conflicto político”.
Por último, a petición de las partes, el GIC podría “mediar en caso de bloqueo”, y generará “confianza en la sociedad respecto a que un proceso de paz exitoso es ciertamente posible”.