El Instituto de Estudios Riojanos ha editado el libro de Miguel Ángel Moreno Ramírez de Arellano 'Poder y sociedad morisca en el alto valle del Alhama (1570-1614)', que intenta ofrecer un acercamiento a las comunidades moriscas existentes en la vega del río Alhama previamente a su expulsión de nuestro país el año de 1611 y, con ello, llenar un vacío importante de la historiografía riojana.
LA HISTORIA
La notable vitalidad de esta minoría, residente en Cervera, Aguilar e Inestrillas, sufrió un grave quebranto a raíz del establecimiento del Tribunal de la Inquisición en la ciudad de Logroño en 1570. Las instrucciones recibidas por los inquisidores eran erradicar cualquier foco de islamismo existente en su distrito, y el balance de su actuación contra estos conversos riojanos arroja unas cifras escalofriantes: en total, incoaron 176 procesos contra otros tantos vecinos de la tierra de Aguilar, resultando condenados a la hoguera 56 reos; 34 de ellos en persona, 18 en efigie y 4 exhumaciones, cuyos restos fueron también calcinados. De estas víctimas, 39 eran mujeres. Durísimo castigo al que habría que añadir las numerosas penas de galeras impuestas a hombres jóvenes, destierros, fugas y el internamiento de docenas de reos en las cárceles secretas del Santo Oficio y en la casa de la Penitencia, sitas en la capital riojana, cuya insalubridad acarreaba con frecuencia la muerte de los presos. La confiscación de bienes y el desamparo de los menores completan este desolador panorama.
Sin apenas tiempo para reponerse de esta sangría, el 22 de septiembre de 1609, el marqués de Caracena, virrey de Valencia, disponía por mandato de Felipe III la salida de todos los moriscos de este reino, preludio de la expulsión de sus correligionarios en el resto de España. A finales de la primavera de 1611, los moriscos del valle del Alhama, en contra del criterio de las autoridades señoriales y locales, partidarias de su permanencia, se vieron obligados a iniciar un éxodo que para finales de año estaba consumado. No obstante, hubo por parte de estos neocristianos tenaz resistencia a abandonar sus hogares y reiterados intentos de retorno.
Algunas familias principales –particularmente de Cervera- estuvieron pleiteando durante casi dos años ante el Consejo Real y la Chancillería alegando una supuesta limpieza de sangre. Afortunadamente, los ancianos e impedidos fueron eximidos del destierro, al igual que algunas jóvenes moriscas, que, en el último momento, lograron evitar el exilio mediante la celebración de matrimonios con cristianos viejos convecinos. También el clero local intentó, con escaso éxito, favorecer a algunos feligreses con certificaciones de buenos cristianos. Todo fue en vano y, en líneas generales, la expulsión se consumó inexorablemente. Únicamente en Inestrillas, localidad de menor entidad, merced al apoyo del vecindario, transcurrido un tiempo, regresaron algunos conversos.
De cualquier manera, la desaparición de un centenar aproximado de familias moriscas en la zona, contribuyó notablemente a su decadencia socioeconómica. Para colmo de males, gran parte del patrimonio inmobiliario morisco fue incautado y sometido a una gigantesca almoneda por la Real Hacienda y, como suele suceder en similares circunstancias, los grandes beneficiarios fueron terratenientes, censualistas, comerciantes y clérigos adinerados comarcanos y de la vecina tierra de Ágreda.
MIGUEL A. MORENO RAMÍREZ DE ARELLANO
Miguel Ángel Moreno Ramírez de Arellano (Navarrete, 1941) es Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza en 1964 y ha compatibilizado su trabajo en áreas de dirección empresarial con trabajos de investigación histórica, preferentemente encaminados a la temática señorial riojana de época moderna.
Fruto de estos estudios han sido Señorío de Cameros y condado de Aguilar. Cuatro siglos de régimen señorial en La Rioja (1366-1733), IER (1992) y colaboraciones en la revista Berceo: “La quiebra de la casa de Arellano en el contexto de la crisis señorial castellana a finales del siglo XVI” (1988); “Claves para la fundación de un convento franciscano extramuros de la villa de Nalda” (1991), y “Una pervivencia de las rentas censales en el valle medio del Iregua: la capellanía de La Cueva o de los Arellano de Soto” (2007).