La vida de Miguel era normal, como la de cualquier joven de unos 27 años. Tenía su trabajo, su novia, sus amigos.. hasta que el juego se cruzó en su vida. Realmente, no recuerda cuándo ni cómo empezó todo pero lo que sí tiene claro es que “el juego arruinó mi vida durante un tiempo”.
“Jugaba sobre todo on line”. De hecho, Miguel confiesa que se podía pasar todo un día jugando y seguir por la noche. “Por las noches hay Liga China y partidos de la NBA que te permiten apostar y ganar dinero rápido, en menos de 20 minutos”. Y es que aunque ahora reconoce que el juego no le ha dado nada, cuando jugaba no lo percibía de esta forma. “Esa sensación de que vas a ganar dinero, que vas a conseguir 500 euros en muy poco tiempo, era lo que te enganchaba y me ‘obligaba a seguir jugando’”.
Y sí, jugando puedes ganar dinero a la misma velocidad que lo pierdes. De hecho, “si me ingresaban el sueldo el 28 de cada mes, el 30 ya sólo tenía lo justo”. Y así mucho tiempo acumulando deuda y mintiendo a la gente que tenía alrededor. “Sin embargo mi novia empezó a sospechar y, después de irnos a vivir juntos, me dio un ultimátum, o pedía ayuda o me olvidaba de ella”.
Y fue así como Miguel llamó a la puerta de la Asociación Riojana de Jugadores de Azar. Fue el 13 de diciembre de 2016, el mismo día que se despidió del juego.
45 nuevos pacientes en 2017
Concha Santo Tomás es la directora técnica de ARJA y asegura que el juego on line ha sido un boom. “El juego cuanto más accesible esté, más engancha”. A lo largo de 2017, ARJA atendió a 45 nuevos pacientes que presentaban problemas con las máquinas tragaperras, apuestas deportivas, juegos de casino, juegos on-line, loterías, once, bolsa póker.
Lleva cuatro años con la nómina embargada
Miguel sigue acudiendo a las distintas terapias que la psicóloga de ARJA Ana de Luis imparte en la Asociación pero no ha sido del todo fácil tocar este timbre. “Sabía que tenía un problema con el juego pero no podía dejarlo. Estaba tan metido que pensaba que el problema podría ser también la solución”. Pero no es así. “En ARJA me fueron abriendo poco a poco los ojos y la mayor satisfacción llega cuando comienzas a pagar tus deudas de juego”. De hecho, Santo Tomás asegura que “lo que peor que le puedes hacer a estos enfermos es pagar sus deudas de juego”.
Miguel lleva cuatro años con la nómina embargada, “espero tener pagada toda la deuda en un año más o menos”. Y aunque no ha hecho un cálculo exacto de la cantidad de su deuda, sí que podría rondar los 15.000 o 20.000 euros, una deuda que ha ido engordando por créditos pedidos a empresas como Cofidis, Carrefour… Aún así, Miguel se siente afortunado porque “cobro un buen sueldo y aunque parte lo tengo embargado, aún puedo funcionar con lo que me queda”.
Y eso es otra cosa que ha aprendido en ARJA. “Ahora ya puedo ir con dinero encima, poner dinero en común con mi novia… siento que puedo controlarme. Incluso me he vuelto más organizado, más previsor… tengo más confianza en lo que hago”.
“Ahora puedo dormir por las noches”
Y es que ahora confiesa que disfruta de la vida. “Puedo dormir por las noches cosa que antes no hacía pensando cómo podía solucionar el problema, incluso se te pasa por la cabeza quitarte del medio para que descanse la gente que está a tu alrededor y tú mismo…”. Pensamientos que ahora sólo son un mal recuerdo. “Ahora estoy muy bien en comparación con antes. Trabajo y poco más”, el resto de su tiempo libre lo lo dedica a “mis cosas” pero ya no está agobiado porque “ya estoy pagando mis deudas de juego”.