El Mallorca marcó en el tiempo de descuento (min. 91) gracias al argentino Óscar Trejo para derrotar (2-1) a un Osasuna que defendía el empate con diez jugadores, por la expulsión de Javier Portillo (min. 80), pero que, como le ocurrió ante el Real Madrid, volvió a perder un partido en los instantes finales.
El gol de Trejo, que coincidió con el final del encuentro, fue muy protestado por los jugadores navarros, ya que uno de ellos estaba tendido sobre el terreno de juego cuando el argentino marcaba.
Esa circunstancia provocó una 'tangana' en el túnel de vestuarios en la que participaron varios jugadores de ambos equipos. Incluso, el técnico José Ángel “Cuco” Ziganda se encaró con su colega Gregorio Manzano.
Portillo, autor del gol que equilibraba el que había conseguido Daniel Güiza para el Mallorca en la primera parte, sólo estuvo 20 minutos en el campo, ya que fue expulsado por doble amonestación.
El estado de ánimo de los dos equipos quedó patente desde el principio. Mejor, más entonado el Mallorca, que dejó atrás el fantasma del descenso desde hace varias jornadas y que apura hasta el final sus opciones europeas. Dubitativo, más frágil, el Osasuna, situado en una zona peligrosa de la tabla.
El equipo de Gregorio Manzano está para celebrar muchas cosas. eso se notó en la grada y en el juego alegre y desenfadado de sus futbolistas.
La memoria histórica del mallorquinismo, casi centenaria, no recuerda a un máximo goleador de la Liga en sus filas. Y la gente disfrutó y animó a Daniel Güiza, que fue una auténtica pesadilla para la defensa navarra, bien secundado por el venezolano Juan Arango, sustituto arriba del camerunés Pierre Webó, y de Borja Valero.
Ante el mejor Mallorca de la temporada, el Osasuna se puso el mono de faena para defender con el cuchillo entre los dientes sus opciones de permanencia. La necesidad condiciona, y los navarros se estaban jugando la vida.
Por ello, intentaron echar el candado a su portería, al tiempo que pusieron todo el empeño del mundo para buscar ventajas ante la meta de Miguel Ángel Moyà. Pero ahí estaba Güiza, en estado de gracia, para marcar su gol número 25 y empujar al Osasuna un poco más abismo.
El gol entonó aún más al Mallorca y puso plomo en los pies de un Osasuna con muchas dificultades, incluso, para controlar el balón y dar un pase acertado. Con muy poco y jugando a un ritmo bajísimo, el equipo de Manzano fue mejor que su rival, maniatado por los nervios.
La historia de la segunda parte la escribió Javier Portillo. No había ocurrido nada importante, con la excepción de un gol bien anulado a Arango por fuera de juego (min. 68), cuando el ex delantero del Real Madrid se convirtió en el gran protagonista al empatar el partido y, poco después, (min. 80) ser expulsado.
Portillo sólo estuvo 20 minutos en el campo -había entrado al terreno de juego en el minuto 60)- y se fue a los vestuarios por dos tarjetas amarillas absurdas, la primera por celebrar de forma poco usual el gol, y la segunda, por una entrada a destiempo. El técnico José Ángel Ziganda no pudo reprimir su enfado monumental por la actitud de Portillo.
El Mallorca buscó el gol de la victoria en los instantes finales, pero sin convicción, ante un Osasuna que ya daba por bueno el empate y el punto. Hasta que marcó Óscar Trejo (min. 91) con un jugador navarro tendido sobre el terreno de juego. El Mallorca mantiene vivas sus opciones europeas, y el Osasuna se jugará la vida en las próximas dos jornadas.