La carta de una trabajadora del área de Servicios Sociales ha sido el detonante de toda esta situación generada en el Ayuntamiento de Calahorra. En su escrito, pone en conocimiento de sus superiores una situación que tuvo lugar el pasado 22 de diciembre. Según detalla, ese día recibió una llamada en su móvil particular de una mujer que se identificó como la concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento, la popular María José Torrecilla, para preguntarse “cuestiones relativas a mi puesto de trabajo”.
Explica esta trabajadora que se quedó “preocupada por el contenido de la conversación” y por eso al día siguiente se puso en contacto con Servicios Sociales para hablar de nuevo con la concejal responsable. “Ante mi sorpresa y al poder hablar cara a cara con la concejala”, continúa, “enseguida me di cuenta de que no era la misma voz que la de la llamada y me confirmó que ella no había realizado llamada alguna a mi teléfono”.
Ante esta situación, la trabajadora municipal quiso dejar constancia por escrito de estos hechos, “ante la gravedad ” de los mismos y dejando constancia de su “preocupación por haber mantenido una conversación sobre hechos relativos a mi trabajo con el Ayuntamiento con una persona extraña y ajena al mismo”.
Al parecer, el teléfono desde el que se efectuó esa llamada, y que quedó registrado en el móvil de la trabajadora, es el de la concejal socialista Chelo Fernández. Ese ha sido el detonante del enfrentamiento entre el alcalde y la concejal que ha acabado con la segunda denunciando al primero.
No es esta la primera acusación para esta edil que fue despedida de Cáritas por instalar programas espías en los ordenadores de algunos de sus compañeros. Hace poco más de diez días, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ratificaba estos hechos y dictaminaba por tanto que su despido disciplinario estaba justificado.