Manuel Zelaya, presidente derrocado de Honduras ha llegado hoy a Washington como estaba previsto para reunirse con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, con quien hablará sobre la crisis política que estalló después del golpe de Estado ocurrido hace más de una semana.
El derrocado presidente cuenta con el apoyo del Gobierno de Barack Obama que ha rechazado el golpe de Estado y que ha pedido la restitución inmediata del orden constitucional en Honduras.
De hecho, Obama reiteró ayer desde Moscú, donde se encuentra en visita oficial, su apoyo al restablecimiento de Manuel Zelaya como mandatario de Honduras, pese a que éste siempre se haya mostrado contrario a las políticas del Gobierno norteamericano.
“Incluso en este momento en que estamos aquí reunidos, Estados Unidos apoya el retorno del democráticamente elegido presidente de Honduras, aunque se haya opuesto con fuerza a políticas estadounidenses”,declaró.
“Respetamos el principio universal de que la gente debe escoger a sus propios líderes, estemos de acuerdo con ellos o no”, agregó el presidente norteamericano tras prometer que no “buscará imponer ningún gobierno a ningún país y no intentaremos elegir qué partido o individuo debe gobernar un Estado”.
Micheletti, quien encabeza el Gobierno 'de facto' aplaudió anoche a través de la radio y la televisión la iniciativa de Estados Unidos de “encontrar una solución pacífica” al problema en Honduras, pero hizo un llamamiento a Hillary Clinton para que entienda que Zelaya “debe rendir cuentas por su inconstitucionalidad y otros actos ilegales” cometidos durante su mandato.
Según medios hondureños, Zelaya llegó a Estados Unidos procedente de Managua esta mañana. Al parecer, antes de partir, el depuesto mandatario aseguró que al Gobierno 'de facto' de Roberto Micheletti “le quedan horas” tras acusar al Ejército de intentar asesinarle.
Una comisión del Gobierno 'de facto' llegó este lunes a Washington para abrir un diálogo con representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA), tras los fracasados intentos de convencer a la comunidad internacional sobre la legitimidad de Micheletti como presidente de Honduras.