El equipo de la capital de España no tuvo miedo, tres años después, y pisó, con mucho estilo, sobre la pasarela europea, con ganas de hacerlo bien para recobrar la identidad perdida y con un inicio de encuentro espectacular. Finalmente acabó sufriendo más de lo debido, pero sumó una importante victoria, que también le dará confianza para la competición casera, donde gana, pero no arrolla, como la temporada pasada.
Y es que el conjunto blanco salió en tromba y con un acierto excelente desde el perímetro gracias a la aportación de Hervelle (5/7 en triples) y Smith (5/6). Además, los balones interiores a Papadopoulos funcionaron como la mejor fórmula para sacar petróleo en la zona turca, muy blanda e inoperante.
La buena defensa en zona planteada por Plaza y las asistencias de Kerem Tunçeri, muy motivado por jugar en su país, dejó seco al Ulker Estambul, que sólo en alguna acción personal intentó frenar el vendaval blanco. Y es que desde los primeros minutos la superioridad fue manifiesta en el electrónico.
Tanto fue así que por un momento el Real Madrid no pareció tener enfrente a un rival digno de Euroliga y logró un parcial de 0-15 que le permitió llegar al primer cuarto con el marcador 10-30, y con el Ulker más que tocado, casi hundido, y el infierno del Pabellón Ipekçi Sports Hall callado por completo.
La piedra que se encontraron los merengues en el camino fue la lesión de Bullock. El escolta estadounidense sufrió un pinchazo en el abductor y no saltó al parqué en el segundo cuarto para prevenir una lesión mayor. Esto no impidió que los de Plaza siguieran con su baloncesto de libro, abriendo espacios con pases al exterior y anotando con extrema facilidad.
REACCIÓN TURCA
Pero no todo fue un camino de rosas para los de Plaza, que se durmieron en la segunda mitad y permitieron al final del tercer cuarto, recortar la distancia y dejarla sólo a cuatro puntos. El miedo se hizo dueño del juego blanco, que comenzó a precipitarse buscanso siempre la acción individual y el tiro lejano.
Con todo en juego, y tras una racha increíble para los de casa, Mumbrú se sacó un triple de la chistera y permitió respirar a los blancos (64-71, min.31). De hecho, la intensidad defensiva de los turcos bajó y su convicción de voltear el encuentro desapareció. Todo acabó como el comienzo del choque había anunciado, con una victoria cómoda del Real Madrid.