Los extremos no son buenos. Ni la alegría, ni la tristeza. Ni la euforia, ni el pesimismo más absoluto. Todo es relativo. Sin embargo, la sensación que transmite este Bodegas Rioja Vega es la de un equipo por armar. Lo positivo, mucho trabajo por delante. Lo malo, el presente exige. Siete partidos y sólo dos triunfos.
Que sí, que la permanencia es el objetivo, que la idea es seguir creciendo en lo social. De acuerdo. Puede que la visita del Tizona le viniera grande al conjunto riojano. Quizá. Por eso sintió vértigo, a lo mejor, cuando parecía que los burgaleses estaban sometidos. Sin embargo, no hubo un plan B para cuando las cosas no pintan bien. Ahí se echó de menos un líder, un referente, alguien que asuma responsabilidades.
El colectivo también lo reclamaba. No hubo y el Rioja Vega se fue hundiendo en un tercer cuarto para el olvido (8-30). Colapsado en ataque, impotente en la retaguardia. Falta carácter. La conclusión fue una nueva derrota, 71-82, que deja a los pupilos de Jenaro Díaz en parte de atrás de la Conferencia Oeste.
Y eso que el Rioja Vega se puso el mono de trabajo. Había que intensificar el aspecto defensivo. A partir de ahí, crecer. Desde el colectivo, como siempre. Por eso durante gran parte del primer tiempo la apuesta era incomodar a un Tizona que intimidaba por dentro con Nakidjim y Kody, pero que contaba con un perímetro de garantías encabezado por Galarreta -como atestiguó en el segundo parcial-, así como Tury o Alonso. El caso es que desde el arranque, los de Jenaro Díaz se pusieron las pilas en impedir que los balones llegaran en óptimas condiciones a sus rivales.
El Tizona sufría, no tenía continuidad. El cuadro logroñés tampoco, pero daba igual. La prioridad era otra. Por eso cuando Justice y Álvarez encadenaron aciertos el marcador se disparaba tras 4 minutos, 8-2. Los de José Luis Cubillo no cogían ritmo, pero Nakidjim y Martínez devolvían cierta igualdad, 11-10. El duelo estaba equilibrado y eso que los visitantes arrasaban en el aspecto reboteador -14 por 8 en el primer cuarto-, de ahí el 13-12 después de 10 minutos de intensidad, ritmo y velocidad, aunque también de desacierto.
Los riojanos encontraban la manera de hacer daño a un Tizona que no veía la manera de encadenar canastas. El Rioja Vega enlazaba acciones positivas en ambas zonas de la pista, lo cual se reflejaba en el electrónico mediado el segundo cuarto, con un 25-17 preocupante para los burgaleses. Apareció el riojano Galarreta para asumir responsabilidades. Todo el juego empezó a pasar por sus manos. Buena decisión. Tres triples, dos del ‘11’ y otro de Alonso, que sumado a los dos tiros libres de Kody propiciaron la voltereta, 27-28, con aún 3 minutos para el intermedio. Vuelta a empezar.
La reacción fue positiva. Parcial de 8-0 -6 puntos de Bieshaar- para el 35-28 y para bajar los humos a un Tizona crecido que perdía la superioridad en el rebote (17 para los riojanos por 16 de los burgaleses). Sin embargo, entre Galarreta, desde los tiros libres, y Kody, por dentro, recortaban al 38-32 después de que López fallara bajo el tablero en la última jugada del período inicial.
La inercia vivida antes de la entrada a los vestuarios tuvo su continuidad cuando Tizona impuso su criterio, su ritmo, su defensa y también hay que decirlo su ataque. Otra vez, Galarreta sacó a relucir su clase. Dos triples para animar a su equipo para que se faje en defensa y buenas acciones al contragolpe que colocaban a los visitantes por delante con el 44-45.
No sólo eso, el colapso y la falta de un líder, referente o como se quiera llamar, en el Rioja Vega dio paso a la nada por parte de los anfitriones que se hundieron hasta el final del cuarto. No en vano, se viró del 44-40 (minuto 23) al 46-62, con un 0-12 de continuo (se fue hasta el 0-15 con un triple posterior de Tury-. Tury estaba de dulce, Nakidjim y Kody eran los amos debajo del aro, Alonso marcaba el ritmo y en los riojanos un agujero negro.
El partido era imposible levantarlo. La confianza de Tizona se acusaba porque le salía todo. El Rioja Vega estaba hundido. El 48-68 era una realidad. Manchón, con raza y carácter, tiraba de los suyos. Bieshaar le ayudaba y parecía que Justice, también. Algo más de cinco minutos para la conclusión y 57-70. Claro que Tury, con tres tiros libres, volvía a poner tierra de por medio.
Desde la personal, seis tiros libres seguidos, reaccionaba un Rioja Vega que no daba su última palabra, 63-73. Aunque Nakidjim recuperaba la calma para los suyos con una acción de dos más uno para el 63-76 con algo menos de tres minutos para la conclusión. Alderete le ponía algo de picante al asunto (69-78) con dos triples, aunque Alonso, con calma y eligiendo la mejor opción, ya había permitido llegar a Tizona algo desahogado al último minuto, que cerró el choque con el 71-82. Una derrota que deja a los riojanos en el furgón de cola, con un triste balance de 2-5.
Ficha técnica
Bodegas Rioja Vega: De Pablo, Justice (11), Alderete (7), Álvarez (14), y Paukste (11), cinco inicial, Bieshaar (17), López, Klinewski, Manchón (6), Spyridonidis (3) y Jordá (2).
UBU Tizona: Tury (24), Alonso (9), Galarreta (14), Nakidjim (14) y Kody (10), cinco inicial, Román (2), Martínez (9), Sow, Arija, Carpin y Carcedo.
Parciales: 13-12, 25-20 (38-32 al descanso), 8-30 (46-62) y 25-20 (71-82 al final).
Árbitros: Víctor Carreras Biorge y Jesús Marín Abad. Eliminado por faltas personales el visitante Tury (min. 36).
Foto: CB Clavijo