Un grupo de indígenas de Perú se ha visto obligado a instalar un puesto de guardia para proteger una reserva para indígenas aislados (no contactados), después de que las autoridades ignorasen sus repetidas peticiones para que tomaran medidas.
La reserva isconahua, en la frontera entre Perú y Brasil se creó con el apoyo de la organización de indígenas amazónicos de Perú, AIDESEP, para proteger a los indígenas isconahua que viven en estas selvas.
Sin embargo, la reserva ha sido invadida por madereros ilegales y los numerosos llamamientos a las autoridades no han recibido respuesta alguna.
Ahora, las organizaciones indígenas locales ORAU y FECONAU se han unido para crear un puesto de guardia y proteger la reserva por sí mismos.
En Perú la tala ilegal es desenfrenada y supone una seria amenaza para la supervivencia de las aproximadamente quince comunidades indígenas no contactadas del país. Vuelos sobre la Amazonia han documentado la existencia de campamentos madereros ilegales que están obligando a los indígenas a huir hacia territorios desconocidos para ellos.
Survival International ha recogido casi 100.000 firmas para pedir al presidente Alan García que ponga fin a la tala y salvaguarde las reservas.
A principios de mes, ORAU publicó un comunicado en el que insta al Departamento de Asuntos Indígenas, INDEPA, a unirse a sus esfuerzos para proteger las reservas.
“El que organizaciones indígenas locales tengan que proteger las reservas de los indígenas aislados supone una devastadora crítica a la falta de acción gubernamental. Parece que quedarse de brazos cruzados ignorando el problema es la táctica preferida del Gobierno”, declararon hoy fuentes internas a Survival.