La puesta en marcha de la historia clínica electrónica está prevista para las primeras semanas de 2009 en un total de 10 comunidades autónomas a modo de proyecto piloto, según afirmó el director de la Agencia de Calidad del SNS, Pablo Rivero, durante un encuentro con 400 expertos en la sede del Ministerio de Sanidad y Consumo.
Rivero aseguró que “el ciudadano podrá saber dónde y cuándo ha sido consultada su historia clínica, pero lo que no podrá saber es quién exactamente, con nombres y apellidos, ha accedido a su información”, ya que no lo permite la Ley Orgánica de Protección de Datos por privacidad y por respeto a la confidencialidad de los profesionales sanitarios.
La Historia Clínica Digital o Electrónica del SNS recogerá documentos de información clínica de los pacientes acerca de sus informes clínicos de altas, consultas externas, urgencias y atención primaria, así como otros informes de cuidados de enfermería, de resultados de pruebas de imagen (radiodiagnóstico y medicina nuclear), pruebas de laboratorio y otras pruebas diagnósticas.
De este modo, los profesionales sanitarios podrán tener acceso mediante certificación electrónica a los conjuntos de datos personales de un paciente y sus imágenes para uso exclusivamente de asistencia y ante una petición de asistencia del usuario. Según explicó Rivero, el propio paciente podrá comprobar el uso que se hace de su propio historial en el centro de salud o por firma digital a través de Internet, si bien no podrá saber el nombre del médico que realiza esta consulta a fin de “compatibilizar los requisitos de confidencialidad para todos los agentes”.
En cualquier caso, el adjunto al director de la Agencia Española de Protección de Datos, Jesús Rubí, advirtió de que esto “no significa que el paciente esté desprotegido ante posibles desviaciones en el uso de sus datos”, porque esa información consta de unos rigurosos registros de acceso al tiempo que periódicamente pasa unas auditorías jurídicas que evalúan el uso de estos datos. Además, añadió que el hecho de que la normativa no reconozca el derecho de los ciudadanos a conocer qué usuarios accedieron a su información también se aplica en la Administración Tributaria.
A pesar de todo, la Agencia Europea de Protección de Datos de la Unión Europea recomienda a los países que cuenten con una Historia Clínica Digital a que actúen de oficio y cada año o cada determinado periodo de tiempo faciliten a los pacientes información de quién accedió a su información clínica -en función de la regulación en cada país-, ya que así “se da más confianza a los beneficiarios del sistema” en la puesta en marcha de esta nueva herramienta.
LOS PACIENTES PODRÁN OCULTAR DATOS
Del mismo modo, Rivero afirmó que dentro de la Historia Clínica Digital cada ciudadano podrá decidir ocultar determinados aspectos de su historia clínica “porque no esté interesado en que algunos elementos de su salud sean conocidos” por todos los profesionales del SNS.
Así, cuando el profesional sanitario acceda a una historia clínica electrónica observará que este paciente tiene determinada información restringida sin especificar nada relacionado con el contenido de la misma. En el momento de la consulta, el propio paciente será quien permita al profesional conocer estos datos si es necesario para el diagnóstico o el tratamiento en cuestión.
Entre los datos a ocultar, Rivero aseguró que no habrá ninguna limitación sobre los aspectos puramente clínicos y sobre el estado de salud, por lo que tan sólo serán no ocultables aquellos datos administrativos. En este sentido, el responsable de la Agencia Española de Protección de Datos especificó que esta medida, pionera en comparación con otros sistemas de Historia Clínica, permitirá accesos restringidos a datos sobre interrupciones voluntarias de embarazos, VIH o trastornos psiquiátricos, “ya que existe un estigma social que hace que los pacientes, en ocasiones, prefieran no hacerlos visibles”.
Igualmente, el paciente tendrá derecho a conocer toda su información clínica, a excepción de las anotaciones subjetivas de los médicos si estos ejercen un derecho de reserva, para qué finalidades se ha utilizado su historial clínico, y los motivos para los que se han comunicado sus datos a otras comunidades.
Esta herramienta persigue mejorar la calidad asistencial dentro del SNS, poniendo a disposición de los profesionales médicos los datos de salud relevantes de las personas que necesiten asistencia en sus desplazamientos fuera de su comunidad autónoma. Según datos del ministerio, cada año 4,5 millones de personas reciben asistencia médica fuera de su comunidad.
Rivero avanzó que a principios del año próximo estará completada la base de datos de las tarjetas electrónicas de los usuarios del SNS, mientras que también en los primeras semanas de 2009 dará comienzo la fase práctica del proyecto piloto en Andalucía, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Murcia. Por el momento, el proyecto ya está funcionando en su fase previa, la de comprobar la puesta a punto de todos los requerimientos informáticos de los participantes. Esta fase piloto durará unos seis meses y, salvo imprevistos, su extensión a todo el SNS se producirá en 2010.