ETA cierra un capítulo de terror que deja 15 víctimas mortales riojanas

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Pasadas las siete de la tarde se producía la noticia más esperada en España: el fin de la lucha armada de ETA. Un anuncio ilusionante para una sociedad que lleva la mitad de un siglo asistiendo a las fatales consecuencias de la sinrazón terrorista. No hay una comunidad española que no haya vivido en sus propias carnes la barbarie de ETA. Y La Rioja lo ha hecho en repetidas ocasiones, atentados que dejan 15 víctimas riojanas en diferentes atentados en todo el país, cuatro de ellas en el propio territorio regional.

ETA comenzó a matar en 1960 y su primera víctima fue la niña de 22 meses, aunque ETA nunca ha reconocido tal asesinato. Su ‘primera víctima oficial’ fue el policía Melitón Manzanas al que acribilló de siete balazos en 1968. Y desde entonces ha dejado un reguero de víctimas, de vidas humanas, que han ido engrosando la macabra lista hasta alcanzar la cifra de 857. Los últimos asesinados fueron los dos guardias civiles que fallecieron tras explotar un coche bomba en Calvià, Mallorca.

Como decimos, La Rioja no se ha librado de la garra de ETA en todos estos años de historia. El primer atentado en nuestra comunidad, tuvo lugar en el camino viejo de Oyón en 1980: unos días después ETA asesinaba al teniente Francisco López Bescos en un ataque contra un convoy de la Guardia Civil. El 3 de noviembre de ese mismo año, explotaba un coche bomba en la calle Ollerías de Logroño que mató a tres personas: el comisario de policía Carlos Valcárcel y a los empresarios Miguel Ángel San Martín y Joaquín Martínez.

En 1995, la banda terrorista atentó contra la Casa Cuartel de Arnedo con un coche bomba que, aunque no causó víctimas mortales, dejó numerosos daños materiales irreparables para la ciudad riojabajeña y un nudo en el estómago para sus habitantes, que todavía hoy lo recuerdan.

Unos años después, el 17 de enero de 1996, ETA secuestraba al funcionario de la prisión de Logroño, José Antonio Ortega Lara. Fue el secuestro más largo de la historia de la banda y el más cruel; 532 días permaneció retenido Ortega Lara en un zulo de Mondragón hasta que fue liberado por las Fuerzas de Seguridad del Estado.

En la madrugada del 10 de junio en 2001, un tremendo estruendo despertó a los logroñeses. ETA había atentado contra la Torre de Logroño con un coche bomba cargada con 40 kilos de dinamita que afectó a 300 viviendas y que, aunque no causó víctimas mortales, sí que dejó numerosos heridos y el mal recuerdo de que ETA estaba demasiado cerca.

En septiembre de 2007, ETA intenta atentar de nuevo en la capital de La Rioja. Fue un intento fallido con coche bomba cargado con 61 kilos de explosivos aparcado frente al edificio de la Delegación de Defensa de Logroño. El coche no explotó debido a un fallo en el detonador. Días antes un pequeño artefacto explotaba en un campo de Fuenmayor.

En 2008, la banda terrorista volvía a convertir en objetivo un cuartel de la Guardia Civil en La Rioja. Fue en marzo de ese año, en medio de la Semana Santa calagurritana, cuando ETA atentaba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en la ciudad bimilenaria. 70 kilos de explosivo y numerosos daños materiales que afectaron a las viviendas cercanas a la Casa Cuartel que se encontraban en pleno centro de la ciudad.

En julio de 2008, las Fuerzas de Seguridad del Estado detenían a Arkaitz Goikoetxea en un piso del barrio Los Lirios de Logroño. Olga Comes, otra integrante del comanda Vizcaya había alquilado la vivienda en la que habían vivido desde enero hasta julio de ese mismo año. La investigación dio con varios zulos en los que escondían material explosivo en Valgañón y Santo Domingo de La Calzada. Y en Ezcaray también se dio con una vivienda, perteneciente a los padres de uno de los etarras detenidos, que dio cobijo a los integrantes de ETA.

Una larga lista de sucesos que han colocado a nuestra región en el punto de mira de ETA y que, tras el anuncio de la banda del cese de la violencia, la sociedad riojana y española, respira más tranquila e ilusionada con un horizonte de paz.