Las montañas, costas, el Mediterráneo y el Ártico son las zonas más vulnerables al calentamiento global, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea.
“La temperatura media se ha incrementado en casi 0,8 grados centígrados, por encima de los niveles previos a la era industrial, y la elevación es aún más acusada en Europa”, indican dichas instituciones.
El norte de Europa será aún más húmedo en este siglo, mientras que la región mediterránea podría llegar a convertirse en un auténtico desierto si se mantienen las tendencias actuales. “Las olas de calor que han azotado Europa hasta ahora, como la de 2003 (en la que fallecieron 7.000 personas) serán más frecuentes”, añaden.
Además, los cambios en las tasas de precipitaciones anales entre el norte y el sur de Europa serán muy drásticos, según el mismo pronóstico. Este fenómeno obligará a revisar los métodos de riego y la capacidad de los países del sur para enfriar las plantas nucleares.
Entre otras consecuencias, se confirma la elevación de los niveles marinos en la costa y el desplazamiento de las colonias de peces (que se han ido más de mil kilómetros al norte), así como la retirada de los glaciares.