El artefacto que ha explotado este martes de madrugada en la sede de Foncalor --la patronal del sector de fontanería y calefacción-- en Vigo contenía “un kilo de pólvora prensada” introducida en “un bote”, según ha confirmado en declaraciones a los medios el alcalde de la ciudad, Abel Caballero.
El regidor, que ha acudido al lugar para comprobar los daños ocasionados por el ataque, ha explicado que, según le ha trasladado el delegado del Gobierno, Antón Louro, “el artefacto explosivo estaba compuesto por un kilo de pólvora prensada”.
Asimismo, Caballero ha señalado que la Policía Nacional está llevando a cabo “una investigación seria y rigurosa”, y que está “centrada hacia donde debe dirigirse”, aunque ha descartado hacer hipótesis sobre la autoría del atentado, cuya acción no ha sido reivindicada.
El alcalde ha abogado por “dejar trabajar a los investigadores” y ha expresado su convencimiento de que “más pronto que tarde” los autores del ataque serán “localizados, detenidos y puestos a disposición judicial”, porque “la gente que hace esto tiene que estar en la cárcel y no en la calle”.
FONCALOR
Por su parte, el secretario de Foncalor, Rafael Carrera, ha condenado el atentado y ha manifestado su “sorpresa”, ya que ha afirmado que desconoce los motivos por los que esta asociación ha sido objetivo de “los violentos” por segunda vez --esta sede sufrió un ataque en junio de 2009 en plena negociación del convenio del metal--.
Por su lado, ha apuntado que “no se puede hacer una estimación de los daños” porque, además de los destrozos en la oficina, mobiliario y equipos informáticos, la onda expansiva alcanzó varias viviendas, un local comercial y cuatro coches estacionados en la misma calle.
Carrera ha recordado que cuando Foncalor sufrió el primer ataque la asociación puso una denuncia que finalmente quedó archivada. Por ello, ha pedido a la Delegación del Gobierno que “retome el caso” para “parar esto de una vez por todas”. “El problema no es lo que pasó, sino lo que pudo haber pasado. Pudo haber muertos”, denunció.