El Ejército del país está en estado de máxima alerta después de que un sangriento ataque terminase con la vida de 200 personas en una aldea del estado de Plateau (en el centro del país) durante la madrugada del domingo. Con esta nueva masacre, son ya 500 las víctimas mortales por la violencia interreligiosa en Nigeria en lo que va de año.
Ante estos nuevos acontecimientos, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha instado a todos los actores implicados en estos enfrentamientos a “guardar la calma y actuar con mesura”, según informa el Centro de Noticias de ONU. “Los líderes políticos y religiosos de Nigeria deben trabajar juntos para abordar las causas de fondo y encontrar una solución permanente a la crisis en Jos”, dijo.
Una nueva tragedia
La cifra de muertos en Nigeria por los enfrentamientos sectarios habría ascendido ayer a 500,
después de que tuviese lugar una nueva oleada de violencia en la que fallecieron 200 personas. Así lo confirmó este lunes un consejero del gobernador del estado de Plateau, Dan Manjang, quien aseguró que el Ejército nigeriano se encuentra en estado de máxima alerta debido a estos nuevos ataques.
“Hemos podido hacer 95 arrestos pero, al mismo tiempo, unas 500 personas han muerto en este acto horrible [...] perpetrado por los Hausa Fulani [etnia mayoritariamente musulmana muy numerosa en Nigeria]”, afirmó Manjang en una entrevista telefónica concedida a la agencia de noticias SAPA.
El consejero del gobernador de Plateau aseguró que las Fuerzas Armadas están vigilando la zona después de que miembros musulmanes de esta etnia asaltaran la pasada madrugada una aldea cristiana cerca de la ciudad de Jos, en el centro del país, matando a machetazos a casi 200 personas. El diario nigeriano Vanguard informaba ayer en su edición virtual de que la mayor parte de las víctimas de esta masacre eran mujeres y niños, incluso bebés, que murieron acuchillados, quemados después de que se prendiese fuego a sus casas o a causa de disparos.
Los testigos de la aldea de Dogo Nahawa declararon al diario nigeriano que los hombres de Hausa Fulani descendieron de las colinas lanzando disparos al aire. Cuando los habitantes salieron de sus hogares, comenzaron a matarlos con los machetes o disparándoles.
Por otro lado, un grupo local cristiano afirmó que este último brote es un acto de ‘guerra santa’. “El ataque, otro acto provocativo y de guerra santa contra los cristianos, comenzó a la 1:30 de la madrugada”, afirmó en un comunicado el grupo Foro Consultivo de los Ancianos del estado de Plateau.
“Los testigos dicen que los milicianos musulmanes de Hausa Fulani llegaron cantando ‘Allahu Akbar’ [expresión musulmana utilizada para llamar a la oración que significa ”Alá es grande“] e irrumpieron en las casas, amputando miembros, incluidos a los niños y a las mujeres, con sus machetes”, recogía el rotativo Vanguard. Este grupo también afirma que ha perdido su fe en el Ejército ya que, indica, no respondió hasta que el ataque terminó.
El Comisario para la Información del estado de Plateau, Gregory Yenlong, explicó en una rueda de prensa que se dará a las víctimas un funeral conjunto y añadió que se ha incrementado la seguridad para contener la situación. Yenlong lamentó también esta tragedia, que calificó de “limpieza étnica”.
Se cree que este nuevo resurgimiento de la violencia se ha producido como represalia por los combates del pasado mes de enero, en los que cerca de 300 personas murieron a causa de las luchas callejeras entre fieles de estas dos religiones en la ciudad de Jos y cuyo detonante no ha podido determinarse todavía. Según informaciones de la policía del estado de Plateau, estas disputas se iniciaron debido al ataque de un joven musulmán contra los cristianos de un distrito de la ciudad, sin embargo, algunos testigos afirmaron que todo comenzó por la reconstrucción de la casa de un musulmán, que había sido destruida en la anterior oleada de violencia de finales de 2008.
Estos brotes violentos vienen siendo habituales en el estado de Plateau, donde se suceden desde hace al menos una década los enfrentamientos entre católicos y musulmanes.
Estas confrontaciones han causado desde 1999, cuando se implantó en Nigeria la ley islámica o Sharia, más de 12.000 víctimas mortales.