Las relaciones entre los gobiernos de Hugo Chávez y de Álvaro Uribe están lejos de normalizarse. Las acusaciones y reproches cada vez son más graves. Lo último ha sido la grave acusación lanzada por el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález, quien ha afirmado que el ministro de Defensa de Colombia, Gabriel Silva, colabora con la delincuencia.
El político venezolano basa sus palabras en las declaraciones realizadas por paramilitares, narcotraficantes y espías colombianos detenidos en Venezuela.
Carrizález subrayó que el nombre de Silva figura entre los sospechosos de participar en acciones ilegales contra la soberanía venezolana, informó la agencia ABN. “El ministro Silva es un francotirador que permanentemente está agrediendo a Venezuela y haciendo acusaciones infundada”, denunció.
Se refería, en concreto, a la petición lanzada horas antes por Silva, que reclamó la captura y extradición de al menos 15 guerrilleros de las Fuerzas Armadas y Revolucionarias de Colombia (FARC) refugiados en Venezuela. Para Carrizález, se trata de una “nueva agresión” porque desde Caracas se atacan los “males” procedentes del conflicto interno colombiano.
Además, el vicepresidente de Venezuela ha señalado que la intención última del gobierno de Uribe es desviar la atención regional e internacional de las preocupaciones levantadas por el acuerdo militar firmado con Washington y mediante el cual cede al Ejército estadounidense el uso de siete bases.