El Real Murcia, de la mano de un Iván Alonso sencillamente espectacular, endosó al Espanyol una inesperada goleada (4-0) que le permite soñar con la permanencia.
El delantero uruguayo, quien había firmado, como el resto de su equipo, una temporada lamentable, resurgió para dar anotar dos goles, uno de ellos de penalti que provocó él mismo, provocar otro penalti que anotó Abel, y dar la asistencia del cuarto gol, obra de Richi.
Se trata de la primera victoria del Real Murcia en las últimas once jornadas, en las que había cosechado diez derrotas y sólo un empate.
El resultado permite al equipo de Javier Clemente situarse a seis puntos de la salvación, y teniendo que enfrentarse la próxima jornada a un rival directo, el Deportivo de la Coruña.
Fue el Real Murcia el equipo que mejor entró en el encuentro. El cuadro de Javier Clemente se mostró mejor plantado sobre el terreno de juego y durante buena parte de este periodo tuvo a su merced al equipo de Ernesto Valverde.
Así, del lado grana fueron cayendo las mejores oportunidades de gol, y ya en el minuto 2 el delantero uruguayo Iván Alonso pudo adelantar al Murcia, pero no llegó en el salto al centro alto desde la derecha del marroquí Abderramán Kabous, una de las novedades en la alineación.
El marroquí formó una sólida pareja con el veterano José María Movilla y ambos vencieron en muchos momentos la partida a la pareja espanyolista formada por los canteranos Ángel y Moisés Hurtado.
De todas formas, quien sobresalió sobre todos los granas, no fue otro que Alonso. El ariete charrúa llevó de cabeza a la defensa blanquiazul, y también en el 24 volvió a rematar a puerta, pero su cabezazo lo sacó el meta camerunés Carlos Kameni sin problemas.
Una nueva aparición del sudamericano, en el minuto 35, obligó al central Dani Jarque a detenerle, provocando un penalti que el mismo Alonso marcó engañando al meta visitante.
Ese 1-0 hizo justicia a tenor de lo visto en el campo, pues el Murcia fue el claro dominador del primer ante un Espanyol que jamás encontró su sitio en el césped de la Nueva Condomina.
Nada cambió tras la reanudación y, ya a los dos minutos, tras una fulgurante contra por la banda izquierda, Iván Alonso apareció en el punto de penalti para cabecear a la red un centro de Abel Gómez.
Este tanto no hizo sino desmoronar las pocas ambiciones de un inoperante Espanyol, y permitió que el Murcia se desenvolviera a placer. Pasado el cuarto de hora, una nueva “colada” del uruguayo se saldó con una nueva falta en el área, un nuevo penalti que en esta ocasión se encargó Abel de convertir puesto que Iván Alonso se dolía de la falta sufrida.
En los últimos minutos del encuentro al Murcia le bastó con controlar el medio del campo ante un Espanyol ya con los brazos totalmente caídos. En esas circunstancias, un cabezazo de Richi, de nuevo a pase de Iván Alonso, permitió al Murcia completar un resultado tan soñado como inesperado.