Javier Cámara (Albelda de Iregua, La Rioja, 1967), a la sexta, consiguió ganar su primer Goya como mejor actor protagonista. “He soñado con este momento varias veces”, dijo nada más subirse al escenario. Si hay algo parecido a vivir un sueño, es el actual momento del actor riojano. Tras su marcha de La Rioja hace más de veinte años, Javier Cámara se encuentra ahora viviendo el mejor momento de su carrera.
¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza al escuchar tu nombre?
Sólo oí mi nombre y el mundo se paró. Como el pitido en una oreja tras el estallido de una bomba, te ves a cámara lenta impulsado hacia el escenario. Ni siquiera besé a mi acompañante. No recuerdo varias de las cosas que dije y por ahora no quiero ver el video. Prefiero dejarlo así, fue un discurso sincero. Dije lo que dije según aparecía en mi mente.
¿Qué significa este Goya para Javier Cámara? Para la película ya hemos visto que volver a estrenarse en casi 200 salas.
Los Premios Goya sirven para reestrenar películas, o al menos eso es lo que quiere la industria. Para mi supone un reconocimiento a un trabajo en concreto, a una película que ha sido un viaje en todos los conceptos. Un premio quizás, al viaje que emprendimos meses atrás. Toda película es un viaje que quiere un final así.
En tu discurso sobre el escenario dedicaste tu premio a los profesores, ¿por qué?
Porque son los grandes olvidados. Se juega mucho con la educación y sólo se consigue bambolear un sistema frágil según el partido político que “reine”. Y los profesores tienen el mismo peso de responsabilidad, pero con muchos mas problemas encima. Sobrepasados por los alumnos por aula y vilipendiados por muchos haciéndoles culpables del nivel educativo.
He tenido grandes profesores, incluso como decimos en la película: “Un mal profesor también puede desarrollar el espíritu crítico en el alumnado”. Recuerdo con agrado de mal estudiante, los profesores que con talento y toneladas de paciencia forjaron mis decisiones.
Entre ellos destaca el que te hizo entrar en la Escuela de Arte Dramático de Logroño, Gil-Torner, director del Teatro Pobre. ¿Sigues manteniendo el contacto? ¿Qué recuerdas de él?
Sigo manteniendo el contacto. Hace poco visité el Batalla de Clavijo donde sigue dando clases y conocí de cerca a un grupo de profesores y alumnos increíbles, llenos de la ilusión que yo tenía cuando empecé y con mas posibilidades aún, ya que no existía las Artes Escénicas en bachillerato y con el problema de que cuando yo me decidí a estudiar se cerró la Escuela de Teatro de La Rioja. Fernando es un profesor atento y entusiasta, preocupado por el nivel artístico y comprometido de corazón con la enseñanza. ¡Conozco muchos como él!
¿Qué ha cambiado de aquel Javier Cámara que salió de La Rioja hasta el que ha conseguido un Goya?
Soy muy distinto. Uno está en constante búsqueda de sí mismo, de lo que quiere, de sus sueños. No sé cuales son los pasos que di conscientemente, posiblemente muy pocos, lo único que sé del pasado es que fué dificil, del presente me quedo con la calma y del futuro lo espero todo. Quiero vivirlo todo, no dejarme nada.
¿Cuándo vas a ir a Albelda para compartir el premio con tus paisanos?
Pronto, espero. Me hace ilusión y les hace ilusión. Por lo tanto será cuanto antes.
¿Qué es lo que más echas de menos de tu pueblo y de tu región?
La nostalgia se resume en olores, sabores y sensaciones. Mi padre ya no está y hubiese disfrutado mucho de este momento, pero el resto de familia y amigos los veo y los disfruto.
Me siento bien en cualquier lado, no echo de menos a menudo. La sensación viajera del actor me gusta. No sé cual será la proxima parada, lo único que sé es que hay muchos lugares soñados.
¿Vivir es más fácil con los ojos cerrados?
Es una pregunta trampa. John Lennon pasaba por tiempos de busqueda personal y los tuvo que cerrar para saber qué quería. Todos tenemos esos momentos.
Otra cosa es cerrar los ojos ante los problemas o peor aun, meter la cabeza en un agujero como las avestruces
¿Es lo que piensa la sociedad ante la crisis, que se tapa los ojos para no ver realmente lo que pasa?
Hay muchos pensamientos en la sociedad, así que me limito a darte el mio. Es complejo tener un espíritu positivo en estos momentos donde todo es crisis, pero hago un esfuerzo diario por mantenerme enérgico y fuerte ante la negatividad imperante. No hay que cerrar los ojos ante la crisis, hay que ayudar a solucionar, aportar. No me gusta el griterío que lo confunde todo. Es difícil escuchar , digerir y pensar que decir, cuando a tu alrededor hay gente que tiene su opinión grabada a sangre y fuego en su piel. Yo cambio, me transformo, me contradigo, y sí... opino.