Antes del pasado 29 de noviembre, cuando se desataba en el mundo un escándalo internacional que podría hacer las relaciones exteriores de una potencia como Estados Unidos, poca gente conocía a Julian Assange. Pero después de ese momento , que pasará a la historia de las relaciones internacionales y del periodismo, todos saben quién es este australiano que ha conseguido revelar al mundo algunos de los mayores secretos de los últimos gobiernos de Estados Unidos.
Assange, de 39 años, se encuentra en la actualidad en paradero desconocido y es el fundador de Wikileaks, la Web que ha difundido los más de 251.000 documentos secretos de la diplomacia estadounidense . Ha sido calificado por el gobierno de Estados Unidos como “criminal” y la Policía Internacional (INTERPOL) ha lanzado una orden de captura en su contra por un supuesto caso de abusos sexuales en Suecia.
El creador de Wikileaks ha hecho algo impensable para cualquier ciudadano, tambalear a una potencia mundial de primer orden como es Estados Unidos, pero ¿qué futuro le espera a partir de ahora a Assange?Buscado y odiado
Tras la revelación informaciones como la opinión de la diplomacia estadounidense sobre diferentes líderes internacionales o la propuesta de espionaje por parte de EEUU a la cúpula de Naciones Unidas, Julian Assange ha recibido duras críticas del gobierno estadounidense de Barack Obama, como era de esperar (aunque el propio presidente aún no se ha pronunciado al respecto y ha sido su secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien ha lidiado con este tema) y de otros actores internacionales.
Sin embargo, algunas de estas críticas han ido subiendo de tono hasta convertirse en auténticas amenazas. Así lo ha confirmado un portavoz de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, quien ha afirmado que Assang está amenazado de muerte y por este motivo no se deja ver demasiado en público.
Hrafnsson dijo que Assange sigue trabajando en su polémico proyecto en un lugar secreto. “Cuando hay gente que pide que te asesinen, es mejor mantener un perfil bajo. Esto es incitar a la violencia y, al parecer, es ilegal en algunos países”, indicó.
Lo más grave es que estas palabras pidiendo el asesinato de Assange han venido por parte de Thomas Eugene Flanagan, ex asesor del primer ministro canadiense, Stephen Harper. “Creo que Assange debería ser asesinado”, aseguró durante una entrevista para la cadena CBC.
Mientras los odios irracionales se disparan, Assange sigue siendo buscado. Las últimas informaciones apuntan que podría encontrarse en Reino Unido. Según el diario británico The Independent, Assange llegó a Reino Unido el pasado mes de octubre y en ese mismo momento proporcionó a la Policía Metropolitana de Londres sus datos de contacto.
Fuentes policiales han confirmado al periódico que tienen su número de teléfono y saben perfectamente dónde se aloja. Mientras INTERPOL sigue intentando dar con su paradero; el Tribunal Supremo sueco no ha admitido a trámite el recurso presentado contra la orden de arresto dictada por la Justicia del país nórdico contra el fundador de Wikileaks. Assange siempre ha negado las acusaciones, y su versión de los hechos es que cuando viajó a Suecia el pasado agosto tuvo relaciones sexuales consentidas con dos mujeres.
Según The Independent, Scotland Yard lleva más de un mes en contacto con el equipo de abogados de Assange y está esperando instrucciones antes de detenerle. La Agencia británica contra el Crimen Organizado (Soca) ha recibido la orden de arresto internacional de INTERPOL pero de momento no ha autorizado la detención de Assange, que se cree que está en el sureste de Inglaterra.
De acuerdo con las fuentes consultadas por el diario, este retraso tiene motivos técnicos porque la Soca ha pedido una serie de aclaraciones sobre la orden de arresto europea emitida contra Assange por la Justicia sueca.
No todo son críticas
Pero no todo son críticas e investigaciones. Julian Assange ha encontrado importantes apoyos y hay gente que no ha tardado en salir en su defensa. Por un lado, su abogado, Mark Stephens, justifica que Assange se encuentre en paradero desconocido aunque asegura que no está escondido. “No es un fugitivo. La Policía y los servicios de seguridad saben exactamente dónde se encuentra”, declaró Stephens, que denunció que lo que está haciendo la Justicia sueca contra su cliente “es una persecución, no un proceso” judicial.
Por otro lado, la principal y más antigua organización estadounidense de defensa de los derechos humanos, la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), ha salido en defensa de la labor de Wikileaks y ha advertido de que la posible persecución judicial contra el fundador de la Web podría violar la Constitución de Estados Unidos.
“Tenemos profundas dudas de que la persecución contra Wikileaks sea constitucional”, declaró la directora de ACLU, Hina Shamsi, a través de un comunicado. Los medios de comunicación de Estados Unidos han indicado que el gobierno podría perseguir a Assange, en aplicación de la Ley sobre Espionaje, por publicar documentos clasificados obtenidos de una “tercera parte”.
“Los tribunales han dejado claro que la Primera Enmienda protege a las terceras partes independientes que publiquen información clasificada”, prosiguió Shamsi. “Perseguir a Wikileaks no sería distinto de perseguir a los medios de comunicación que también publicasen documentos clasificados”, advirtió.
“Si se responsabilizase por vía penal a los periódicos por publicar información filtrada sobre las prácticas del gobierno, nunca habríamos conocido lo referente a las prisiones secretas de la CIA o al espionaje del gobierno contra estadounidenses inocentes”, afirmó la directora de ACLU, una organización fundada en 1920 que cuenta en la actualidad con más de 500.000 miembros y simpatizantes.
“Perseguir a quienes publican informaciones clasificadas supone una amenaza contra el periodismo de investigación, tan necesario para que haya un público informado sobre las conductas del gobierno”, manifestó.
“En sentido más amplio, la lección que se extrae del fenómeno Wikileaks es que el presidente Barack Obama debería renovar su compromiso en favor de la transparencia que invocó al principio de su Presidencia”, advirtió Shamsi.
“El público norteamericano no debería depender de las filtraciones a los medios de comunicación o de los chivatos internos para que conozca lo que hace su gobierno”, concluyó.
Pero también desde el propio Wikileaks se quiere proteger a Assange. La Web ha puesto en marcha en Internet una campaña para la recogida de fondos con los que, además de mantener su infraestructura para la publicación de documentos secretos como los dados a conocer hasta ahora, se apoye la defensa de su fundador.
“Mantennos fuertes”, reza el mensaje que encabeza la página en la que están disponibles algunos de los más de 250.000 cables diplomáticos estadounidenses que Wikileaks estará publicando durante las próximas semanas.
Al pinchar este mensaje se accede a una nueva página en la que se anima a los internautas a “compartir un documento de Wikileaks con un amigo, difundir sus informes o dar apoyo a una infraestructura vital”. “Si crees que democracia y transparencia van de la mano, ahora es el momento de que te alces y digas: el mundo necesita a Wikileaks”, añade.
Para justificar las donaciones, la web subraya que “Wikileaks lleva la verdad al mundo publicando historias basadas en hechos sin miedo ni favor. Tú puedes ayudar a apoyar nuestro medio independiente ayudando financieramente”.
“Nuestra organización existe por el trabajo de muchos voluntarios que han contribuido con miles de horas a construir WikiLeaks desde cero, pero todavía necesitamos donaciones para pagar ordenadores, programadores expertos y otras facturas”, prosigue en el mensaje, en el que se invita a donar “sólo lo que creas que es correcto”.
Para dar este dinero se ofrecen varias fórmulas. La primera de ellas, el Fondo de Defensa Julian Assange, cuyos fondos “se usarán exclusivamente para los costes de la defensa” del fundador de la Web y otros miembros de su personal. Asimismo, se da la posibilidad de donar directamente online mediante la tarjeta de crédito, mediante dos cuentas bancarias en Islandia y Alemania, a través del sistema PayPal o por correo postal.