La catedral de El Salvador de Santo Domingo de la Calzada se ha convertido en el primer templo católico de La Rioja con un columbario, en el que todo aquel que lo desee puede depositar las cenizas de sus seres queridos, algo que ya han hecho la familia de dos personas.
La catedral calceatense ha aprovechado un espacio que se usaba como trastero para ubicar en él 150 pequeños nichos y una gran imagen de La Piedad, que antes estaba en la exposición permanente del templo.
El columbario, ubicado junto al trascoro, tiene un centenar de espacios individuales y otros 50 dobles, que son adjudicados tras firmar un contrato con los responsables catedralicios: estos se comprometen al mantenimiento del espacio a cambio de un “donativo” de 1.500 euros si es para una persona o 2.500 para dos.
El contrato estipula que las cenizas permanezcan en este lugar durante treinta años (o 40 para los nichos dobles) y si tras ese periodo nadie se interesa por renovar el documento o retirar las cenizas, éstas serán llevadas a otro espacio del templo, ha asegurado a Efe el canónigo de la catedral, Francisco José Suárez.
Ya hay dos nichos ocupados, peticiones concretas para 15 y muchas solicitudes de información porque, considera, existe un gran interés por “descansar” en este templo religioso.
Los responsables catedralicios pusieron en marcha esta iniciativa, con una inversión de 20.000 euros, tras comprobar que ya es algo que se hace en otras comunidades autónomas.
Una empresa ofrece en internet la posibilidad de depositar cenizas en columbarios de templos parroquiales de Madrid, Zaragoza, Granada y Santander.
Además, esta práctica existe desde hace años en templos religiosos de varias comunidades autónomas e, incluso, hay algunos que se han edificado en los últimos años con espacios específicos para columbarios de este tipo.
Por eso, cuando desde Santo Domingo se solicitó permiso al obispado de Calahorra y La Calzada-Logroño para este proyecto, “fue algo que no sorprendió”. “Es algo habitual”, ha asegurado el canónigo.
Y también ha explicado que no se ha necesitado ningún otro permiso “civil”, ya que el depósito de cenizas no lo requiere.
En su opinión, hay personas que reciben las cenizas de un familiar y “no tienen claro” qué hacer con ellas y ahora la catedral calceatense se va a convertir “en una opción”, a lo que se une el “orgullo” de estar junto a la tumba de Santo Domingo de la Calzada.
Además, a pocos metros del columbario, se encuentra el gallinero en el que viven un gallo y una gallina (los únicos animales vivos que hay en un templo religioso en España), en recuerdo de uno de los milagros de Santo Domingo de la Calzada.
Suárez recuerda que a lo largo de la historia ha sido una práctica extendida el enterrar en iglesias y catedrales, aunque hasta hace unos años no se depositaban cenizas.
La iglesia, explica, no se opone a la incineración, aunque tampoco la haya defendido, porque “al final el cuerpo es algo que se corrompe, tal y como decimos en el miércoles de ceniza”.
Tampoco cree que pueda verse un “afán de negocio” en esta iniciativa porque “el dinero no es para nadie, es para la iglesia y sus necesidades, lo mismo que una colecta” y se destina a sufragar gastos corrientes de la catedral, añade su párroco.