Un portavoz de las fuerzas de seguridad señaló que “la investigación está en sus primeros niveles” y confirmó que “dos personas están siendo interrogadas”, aunque no dio más detalles al respecto. Los medios locales vinculan a estos sospechosos con el fuego de Churchill, en el este del estado de Victoria, y con el que destruyó la ciudad de Marysville, donde habrían muerto alrededor de un centenar de personas.
En Victoria, provocar un fuego de forma intencionada se castiga con penas de entre dos y 15 años de prisión, aunque si el pirómano causa alguna muerte el castigo se incrementa hasta el cuarto de siglo.
El primer ministro australiano, Kevin Rudd, ha calificado de “asesinatos en masa” las pérdidas humanas provocadas por los últimos incendios, los peores en la historia del país oceánico. El jefe del Ejecutivo anunció hoy la celebración de un funeral de Estado en memoria de los australianos que han perecido desde la semana pasada en el sudeste del país.
El último balance sitúa en 181 los fallecimientos, pero las autoridades prevén que las muertes superen los dos centenares a medida que se investiguen las zonas devastadas, especialmente en el estado de Victoria. Los fuegos han destruido más de mil viviendas y han dejado sin hogar a unas 5.000 personas.