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Las consultas por onicomicosis se disparan en verano

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Tal y como ha destacado Paloma Casado –médico de Atención Primaria y vicepresidenta 1ª de Semergen- debido a que las lesiones por onicomicosis son indoloras, los pacientes las perciben como un problema únicamente estético. “No les conceden importancia y esperan que se resuelvan de forma espontánea –subraya la portavoz de Semergen-, ignorando que si dejamos evolucionar la infección sin un tratamiento adecuado, ésta puede representar un problema importante para el paciente: puede ser dolorosa, alterar la forma de caminar, ser causa de otras infecciones y llegar incluso a tener que recurrir a la extirpación quirúrgica de la uña”.

Publicaciones recientes confirman que más de 1.300.0001 españoles padecen onicomicosis (infección por hongos en las uñas), lo que supone un número mayor al de poblaciones de provincias como Asturias, A Coruña, Cádiz o Vizcaya. Según ha destacado la doctora Casado, con la llegada del buen tiempo los casos de onicomicosis se disparan, debido principalmente a que “algunos de los lugares donde es más fácil contraer la infección son las piscinas y duchas públicas y a que, además, el calor y la humedad favorecen su contagiosidad ya que los restos de uñas o queratina pueden permanecer mucho tiempo en ambientes húmedos y cálidos”.

El Coloquio de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) forma parte de las actividades que integran la Campaña “No escondas tus uñas”, avalada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). La iniciativa, auspiciada por Laboratorios Galderma, pretende concienciar a la población general de que la onicomicosis (infección por hongos en las uñas) no es sólo cuestión de estética, y de que la detección y el tratamiento precoz son fundamentales a la hora de mejorar la efectividad del tratamiento y evitar contagios, cronicidad, deformaciones de las uñas y complicaciones con otras enfermedades como la diabetes o la anemia. La campaña está presente en hospitales y centros de salud de toda España a través de carteles y folletos informativos.

VISITA AL MÉDICO

Los representantes de la AEDV y Semergen han insistido en el riesgo de cronicidad cuando la onicomicosis no es tratada precoz ni adecuadamente, partiendo de que el proceso curativo es lento 'per se'. “Incluso si se está realizando un tratamiento correcto –apunta la Dra. Casado- la uña tardará mucho tiempo en adquirir un aspecto normal, ya que tiene un crecimiento muy lento: las de los pies tardan un año en completar su crecimiento y las de las manos seis meses aproximadamente”.

En esta misma línea, Luis Olmos - dermatólogo y Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)- ha reiterado la importancia de tratar la onicomicosis cuanto antes, para evitar complicaciones con patologías como la diabetes o la anemia, así como posibles sobre infecciones (con estafilococos, estreptococos, bacilos coliformes o pseudomonas). “Además –añade- pueden producirse deformaciones antiestéticas del espesor, la concavidad, los pliegues, bandas transversales y longitudinales, el color, o el descascarillado”.

GRUPOS Y ESCENARIOS DE RIESGO

El desarrollo de los hongos en las uñas se ve favorecido por ambientes cálidos, cerrados y húmedos. Por ello, la onicomicosis se produce principalmente en trabajadores que tienen que calzar zapatos gruesos y también en deportistas que, además del calzado cerrado, utilizan frecuentemente duchas de gimnasios. Otro grupo de riesgo son las personas que tienen algunas enfermedades crónicas que dan lugar a una disminución de sus defensas ante la infección, como son los diabéticos, pacientes con neuropatías periféricas, trastornos circulatorios periféricos o con algún tipo de inmunodeficiencia. Entre éstos habría que destacar las personas de edad avanzada u obesas.

Las uñas son además un buen marcador para otras muchas patologías sistémicas: trastornos cardio-circulatorios (dedos en palillo de tambor), respiratorios (síndrome de las uñas amarillas), hepáticos (uña de Terry), renales (líneas de Muehrcke), hormonales (diabetes), inmunitarios (SIDA), autoinmunes (lupus, dermatomiositis, etc.), o dermatosis a distancia (psoriasis, alopecia, etc.).

“Dentro de las diferentes infecciones por hongos englobadas en la onicomicosis, la infección por dermatofitos –señala el doctor Olmos- es más frecuente en varones que en mujeres, en los pies que en las manos, en mayores de 40 años que en jóvenes, pero las cifras son relativas según los diferentes factores de riesgo. La infección por Candidas, por su parte, es más frecuente en las mujeres y el 70% se localiza en las manos por el trabajo con agua, traumatismos en la manicura, oclusión y maceración por guantes de goma, etc.”. Atendiendo a los factores de riesgo, este especialista apunta que la humedad representa un 35% de riesgo, las zonas públicas de recreo un 23%, la mala higiene un 16%, los traumatismos un 14% y la edad un 11%.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Partiendo de que el mejor consejo ante la más mínima sospecha de onicomicosis es acudir al médico, el Dr. Olmos considera que determinados hábitos pueden ayudar en la prevención o tratamiento de esta patología. Entre ellos destaca:

Controlar las posibles enfermedades sistémicas, muy relacionadas con la edad

Evitar traumatismos y hábitos de auto manipulación, como arrancar cutículas, manicuras inexpertas, etc.

Cortar las uñas en cuanto empiecen a molestar en la actividad diaria (las de las manos en curva y las de los pies en recto)

Usar calzado amplio y cómodo

La higiene diaria con agua, jabón y cepillo de cerdas suaves, con un secado cuidadoso (espacios interdigitales incluidos)

Seleccionar bien los cosméticos que se usan en las uñas, por sus posibles irritaciones y oclusiones (la humedad es el mayor riesgo de infección)

Cuidar las uñas de los pies con la misma meticulosidad que las de las manos

Respecto al tratamiento de la onicomicosis, el Dr. Olmos explica que difiere dependiendo de si la matriz de la uña está o no afectada y de los factores que puedan favorecer la persistencia del hongo. “En general -apunta- no se necesita tratamiento oral y basta con la aplicación local de una laca que contenga amorolfina. El problema es que hay que tener paciencia, ya que las uñas crecen muy lentamente y hasta que no se reemplaza la parte enferma no se resuelve la infección. Aplicar la amorolfina dos veces por semana es sencillo, aunque a veces sea necesario hacerlo durante 6-9 meses”.

Si hay afectación de la matriz o factores favorecedores que no se puedan evitar como inmunodeficiencias o diabetes, continúa el Dr. Olmos, “se suele recomendar la terapia combinada de, por ejemplo, terbinafina 250 mg/día vía oral, con una laca ungueal de amorolfina”.

A pesar de la eficacia de estos tratamientos, este especialista concluye recordando la importancia del tratamiento precoz y, por tanto, la necesidad de acudir al médico tan pronto se sospeche una posible infección por onicomicosis.