Los trabajadores de centros infantiles de 0 a 3 años tienen previsto concentrarse el próximo 21 de mayo para denunciar “la situación laboral que vivimos”, detalla a Rioja2 una de las trabajadoras de un centro infantil.
Así, los profesionales de primer ciclo de Educación Infantil han elaborado un manifiesto con el que quieren informar “a la sociedad pero en especial a los padres sobre las condiciones y las demandas de las personas que educan a sus hijos”. Pero además quieren trasladar a los centros, a la patronal, los partidos políticos y a las administraciones “nuestro malestar y denunciar los intentos de mantenernos en la precariedad”.
Estos trabajadores quieren un “convenio digno, no queremos seguir siendo ni guarderías, ni jardines de infancia”, dicen, “queremos ser escuelas y que se nos reconozcan como tales a todos los efectos”. Las personas que trabajamos en el sector de la Educación Infantil de 0 a 3 años, explica esta trabajadora, el 95% somos mujeres y queremos reivindicar el reconocimiento de nuestra profesión porque el valor de nuestro cometido en el cuidado de los niños va más allá de que los tengamos limpios, entretenidos y vigilados.
“Todo eso es importante pero nuestra labor va más allá porque una de las finalidades de nuestra actividad es potenciar sus capacidades para que su desarrollo psicomotriz, afectivo, intelectual y social consiga el avance más amplio posible y los prepare para las etapas próximas. Por eso defendemos y reivindicamos la dimensión educativa de nuestra profesión y la inclusión de esta etapa en el ámbito educativo”.
Sus condiciones salariales, dice, “apenas supera el SMI y no alcanza el 60% del salario medio nacional”. Según la Carta Social Europea, “somos trabajadoras pobres. Reivindicamos condiciones salariales dignas y acordes a nuestro trabajo, formación y responsabilidad. Somos personas con formación superior y con salarios inferiores. La desigualdad salarial que arrastramos con respecto a ámbitos afines no es una consecuencia de la crisis. Estamos convencidas de que nuestros salarios son bajos porque más del 95% de las personas que trabajan en el sector somos mujeres”.
Y estas profesionales quieren desarrollar su trabajo “en condiciones económicas y laborales equiparables a la de las personas del sector educativo. Jornada Laboral Comparadas con el resto del ámbito educativo, nuestras jornadas son muy largas y además su totalidad se desarrolla en la atención directa con los niños y niñas. No disponemos de tiempo para organizar y preparar las actividades, materiales, evaluar los procesos, hacer puestas en común... Todo eso lo hacemos fuera de nuestra jornada laboral; es trabajo extra y no remunerado, y a expensas de la conciliación a la que también tenemos derecho”.
Aseguran que esta es una vieja demanda que sigue sin ser atendida. “Algunas trabajamos en microempresas de carácter familiar en las que los intereses económicos no son los nuestros, pero en las que se nos pide que nos comportemos como si lo fueran. Otras empresas entienden que este es un negocio más y que hay que gestionarlo en la obtención del máximo beneficio, aunque eso incluya no respetar lo establecido en el convenio. Otras, en aras de un mayor beneficio y de una competitividad salvaje, pretenden degradar aún más las condiciones laborales e impulsan convenios de empresa todavía más precarios”.
Pero además, añade, “muchas de nosotras tenemos contratos a tiempo parcial –aunque muchas veces hagamos jornada completa- por lo tanto nuestras retribuciones también son parciales e insuficientes para cubrir las necesidades básicas, emprender proyectos vitales con autonomía y garantizar una pensión digna cuando llegue el momento. Contratar en septiembre y despedir en junio para ahorrar los salarios de los dos meses del verano, en los que la actividad desciende, es una práctica habitual. Pero nosotras no tenemos un interruptor de apagado y durante esos dos meses seguimos necesitando comer, vestir, vivir”.
Por todo ello, dice, “muchas veces defender nuestros derechos es una tarea de riesgo porque en muchas empresas del sector no existe representación sindical o tenemos dificultades para organizarnos y hacer cumplir la legislación y avanzar en la conquista de los derechos. En ocasiones es debido a su tamaño, pero también porque el sindicalismo es una presencia incómoda. Las patronales que se sientan en la mesa de negociación del convenio permanecen sordas a las propuestas de las trabajadoras”.
Razones por las que piden a las patronales que “la firmeza que muestran para negar nuestras demandas y derechos también deberían demostrarla en otros ámbitos, como en la Mesa de Negociación sectorial, donde se puede influir para mejorar las condiciones sociolaborales de sus trabajadoras”.
Y a los dirigentes políticos les exigen que prioricen la educación infantil de 0 a 3 años. “Son responsables los gobernantes cuando externalizan el servicio y favorecen concursos a la baja de servicios que deberían prestar las Administraciones, o cuando ignoran intencionadamente las consecuencias de primar la oferta económica sobre otras aspectos…. Son responsables los gobernantes de desentenderse de las condiciones laborales de las personas trabajan en los servicios que externalizan. Son responsables los gobernantes por no priorizar la Educación Infantil de 0 a 3 años. Nosotros esperamos de las fuerzas políticas que se esfuercen en proporcionarnos un marco estable y justo para vivir con dignidad, y que demuestren, en las leyes que aprueban, que sus declaraciones van más allá de los manifiestos. ¡¡Aspiramos a un convenio justo, con salarios dignos que nos permitan vivir, no sobrevivir!!!”.