Tras la caída del régimen del dirigente Zine al Abidine Ben Ali, Túnez continúa dando importantes pasos en el camino del cambio democrático. De esta manera, no sólo los partidos opositores legales están participando en las manifestaciones y en el nuevo gobierno, sino que partidos políticos que estaban prohibidos están encontrando una nueva realidad de la que pueden ser participes.
Así, el líder islámico Rachid Ghannuchi ha vuelto al país magrebí y ha sido recibido por cientos de seguidores a su llegada, tras pasar 22 años en el exilio en Londres. Ghannuchi, jefe del movimiento Ennahda, vivió en la capital británica desde que fue exiliado en 1989 por Ben Ali.
“Nuestro rol será participar en el cumplimiento de los objetivos de esta revolución pacífica: ampliar el sistema democrático, la justicia social y poner un límite contra la discriminación sobre grupos vetados”, dijo Ghannuchi a Reuters un día antes de su regreso. “El dictador ha caído y quiero estar en el país”, sostuvo.
Ennahda, que tiene una ideología similar a la del gobernante partido AK de Turquía, fue la fuerza opositora más sólida en Túnez antes de la crisis que obligó a Ghannuchi a abandonar la nación.
Sin embargo, los grupos islámicos no parecían ser un movimiento importante en la ola de protestas que derrocó a Ben Ali. Aún está por verse si el regreso de Ghannuchi le dará un impulso a su partido.
En los últimos días las protestas se han reducido en su mayoría tras el anuncio de que el gobierno interino expulsó a casi todos los seguidores del régimen de Ben Ali. Las fuerzas de seguridad han intentando restaurar el orden en la capital, donde las confrontaciones entre dueños de locales y manifestantes son un indicio de que el apoyo a las protestas está decayendo, dado que las personas quieren volver a la normalidad.
El gobierno interino aún debe establecer una fecha para las elecciones. Funcionarios de Ennahda han señalado que el partido participará en los comicios parlamentarios, y según analistas podría emerger como una importante fuerza política en la votación.
Este hipotético escenario electoral podría contar con el apoyo de Naciones Unidas. Así al menos lo ha manifestado su secretario general, Ban Ki-moon, quien ha señalado la disposición de la ONU para ayudar al nuevo gobierno de Túnez a organizar unas elecciones “creíbles”.
“Nosotros, como Naciones Unidas, estaríamos encantados de poder ayudar al pueblo de Túnez a escoger libremente a sus líderes
mediante unas elecciones creíbles en el momento oportuno“, ha afirmado Ban en su intervención ante la cumbre de la Unión Africana que se celebra en Addis Abeba (Etiopía).