Desde 2006, el número de inmigrantes irregulares llegados en embarcaciones a las costas españolas no ha dejado de decrecer, registrándose las cifras más bajas el año pasado. Frente a las 31.859 personas que llegaron aquel año (la cifra más alta desde que arribó la primera patera, en 1994), en 2009 se contabilizaron 2.021 inmigrantes. El descenso ha sido especialmente notable en las Islas Canarias, sobre todo en el caso de los menores de edad, registrándose un 95,8% menos en lo que va de 2010 que en el mismo periodo del año pasado.
De esta forma, desde 1994 habrían llegado por medio de embarcaciones irregulares 96.066 personas, según datos publicados por Europa Press.
La caída de la inmigración irregular está siendo generalizada en toda la Unión Europea, aunque con especial incidencia en España, en gran parte por la actual situación de crisis. Sin embargo, estos datos no sirven para ocultar el drama que sufren muchas de las personas que recurren a este tipo de embarcaciones para emigrar de su país.
Ayer se interceptó a diez personas de origen marroquí (una de ellas menor de edad) que intentaban llegar a las costas gaditanas en dos barcas hinchables. Y el miércoles, también frente a las costas de Cádiz, se halló el cuerpo de un hombre subsahariano de entre 20 y 30 años, que llevaba un chaleco salvavidas y tenía un golpe en la mandíbula.
Falsificación de documentos
Por otro lado, ha sido detenido un hombre español de origen guineano que dirigía una red de falsificación de documentos de identidad. A cambio de 3.000 ó 4.000 euros, regularizaba a inmigrantes, emparentándoles con gente que no conocían y que en ocasiones no eran originarias del mismo país, ni hablaban la misma lengua.
Junto a él han sido detenidas otras 52 personas por falsificación de documentos.