El director de Medicusmundi Internacional, Carlos Mediano, ha advertido hoy de que falta “una gestión global” de la covid-19 porque “los nacionalismos de las vacunas han evitado que tengamos una estrategia global de lucha contra esta pandemia”.
Mediano ha ofrecido una rueda de prensa antes de presentar, en el Colegio de Enfermería, el informe 'La Salud en la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria 2021', que elaboran Médicos del Mundo y Medicusmundi.
Con respecto a la covid-19, ha considerado que “lo primero que se tenía que haber hecho es haber vacunado a toda la población vulnerable del mundo”, esto es, a toda la población mayor de 65 años, pero no ha sido así.
“Ha habido intentos de la Organización Mundial de la Salud para la compra conjunta de vacunas y su posterior distribución a través de esta entidad, pero los países no aceptaron”, ha señalado.
Frente a esto, ha constatado como, “incluso egoístamente, pensando en nosotros, verdaderamente no ha sido nada eficiente” que haya habido de 2020 a 2021 56 acuerdos bilaterales entre países y empresas para la compra de vacunas.
Ha apuntado cómo “necesitamos una OMS más fuerte, eficiente y transparente”.
Además, ha señalado como para una estrategia global de vacunación hay cinco problemas: la investigación, que debería hacerse mediante alianzas y no competencia; y la producción, dado que no todos los países tienen la capacidad.
También, las distribuciones globales y locales; y la gente que no quiere vacunarse, ya que, actualmente, existe la paradoja de que hay gente que quiere vacunarse y no puede y gente que puede vacunarse y no quiere.
El informe presentado hoy es el número veinte. Cuando se hizo el primero había otra pandemia, el VIH Sida, y ahora la de la covid-19.
“Hemos pasado de pandemia a pandemia y, entre medio, se han mejorado algunas cosas”, ha dicho, así, “se ha disminuido la mortalidad maternoinfantil a la mitad”.
También, “en algunas enfermedades infecciosas, como la malaria, se ha conseguido disminuir un sesenta por ciento su incidencia de mortalidad pero queda mucho por hacer”.
Así, ha añadido: “si me preguntárais qué se ha mantenido y cuál es el principal problema de salud yo no os diría una enfermedad”.
“El mayor problema de salud en el mundo no es una enfermedad, es la inequidad, son las diferencias que son injustas y evitables, dado que, a pesar de los avances, cada día, mueren 830 mujeres por problemas de embarazo y parto y 14.500 menores”, ha aseverado.
De esta mortalidad maternoinfantil, ha añadido, “el ochenta por ciento en evitable, quiere decir que tenemos los recursos, los conocimientos y los medios para acabar con toda ella y, sin embargo, no lo hemos conseguido hacer en estos veinte años”.
En el informe también se ha señalado cómo “trabajar en salud afecta al cambio climático”, añadiendo que “si todos los sistemas sanitarios se juntaran en un país, sería el quinto que más gases emite”.
Por tanto, “el sistema de salud tiene una responsabilidad para con el cambio climático”.