Adiós a un clásico de la Laurel: la zapatilla de jamón echa la persiana

“Ha llegado el momento de cambiar las zapatillas por las chanclas”. Así ironiza Eduardo San José sobre su jubilación. Y es que a partir de ahora piensa cambiar las horas de trabajo en la plancha por largas jornadas de playa en la Concha, en su querida San Sebastián.

El propietario del Villa Rica, en pleno corazón de la calle Laurel de Logroño, echa la persiana porque a sus 67 años se ha merecido ya de sobra el descanso. Más de un cuarto de siglo ha pasado sirviendo zapatillas de jamón a logroñeses y visitantes en el mítico bar de la esquina de la Laurel con la calle Albornoz.

En su despedida ha estado bien rodeado por sus compañeros y vecinos de calle y por el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, que ha apostado por el optimismo de cara al posible relevo. Eduardo San José asegura que ha habido momentos buenos y malos en estos 25 años de negocio pero que todos son necesarios porque sin unos no hay otros.

Los hosteleros de la Laurel han querido entregarle un reconocimiento en forma de placa conmemorativa para agradecer este cuarto de siglo manteniendo siempre “su plancha encendida y su sonrisa”. En la placa puede leerse además una concreta despcripción: “Eduardo San José, el donostiarra que encontró en nuestras calles su casa y nos hizo enamorarnos con sus zapatillas, su gran clásico”.