El tiempo acompañó ayer al patrón San Bernabé a y a todos los logroñeses, riojanos y visitantes que llenaron las capital. Un ambiente totalmente festivo que colapsó el corazón de logroño, al acercarte una gran cola hacía tiempo para hacerse con el tradicional reparto del pan, pez y vino a los pies de la Muralla del Revellín. La Cofradía del Pez de Logroño se afanó en cum plir con la tradición más de 22.000 panecillos, mil litros de vino y ocho mil jarritos de barro conmemorativos del día, cifras similares a los de años anteriores, comentaba un miembro de la Cofradía, Eustaquio Uzquera, “se rememora que los logroñeses, durante 18 días, resistieron tenazmente el asedio del ejército francés”, para lo que recurrieron a los peces
que capturaban furtivamente en el río Ebro, al vino que tenían almacenado en la cuidad y al pan
procedente de los graneros de la capital riojana.
La espera para hacerse con el rico manjar se hacía más amena contemplando una muestra de
aves, como buitres, buhos, agúilas o halcones que hacía las delicias de los más pequeños y los primeros puestos medievales y primeros personajes vestidos a la antigua usanza que nos recordaba a al Logroño del siglo XVI. El mercado medieval es una de las principales atracciones estos días y en ellos podemos encontrar objetivos muy curiosos, la mayoría artesanales, de manufactura riojana y de otros
muchos puntos de España que se acercaron a vivir la fiesta logroñesa.
David del 'Colectivo de artesanos de La Rioja', que trabaja el cuerno de venado, de ciervo, nos comentaba “hoy es el día grande y se nota en la afluencia de gente”, como él otros artesanos riojanos se han acercado con su arte y vestido para la ocasión con trajes típicos “, es lo que nos gusta colaborar con la fiesta, ambientar y disfrutar con la gente”...No era difícil encontrar a
gente con coronas de flores, probándose sombreros, bisutería, degustando ricos quesos artesanales u oliendo aromáticas esencias como en el puesto de Jordi, , que ofrecía ambientadores para la casa
“compuestos de aceite y esencia de vainilla, avanda, canela, jazmín y muy duraderos”, y la gente se acercaba por la vista y el olfato “vienen enseguida, la gente es muy amable y receptiva hacia estos productos”, este catalán residente en Madrid asegura que a pesar de ir de fiesta en
fiesta por toda España, esta de Logroño “es una de las celebraciones más bonitas, es muy entretenida y a la gente se le ve muy alegre y con ganas de pasarlo bien, es muy abierta, siempre hay vecinos que se nos acercan y nos cuentan historias de San Bernabé” .
A pocos metros de las esencias nos encontramos a Marga de Alicante, pintando in situ uno de sus llamativos espejos “es pintura acrílica sobre madera”, explica “y después los resaltamos con esmalte”, el resultado es vistoso y la gente no pasaba desapercibida “la verdad es que llamamos la atención, es un producto único aquí y siempre es bonito que vean como desarrollamos nuestro oficio”.
San Bernabé hace hincapié en la historia de la ciudad, y se notaba a cada paso , entre los puestos encontramos recreaciones históricas a modo de grandes decorados, que evocan al junio de 1521, con soldados, caballerizas o muestras de espadas. La fiesta también dio paso a las peñas, los tragantúas, los gigantes y quien más y quien menos quiso llevarse un recuerdo de estas fechas, aunque sea en forma de ramas de boj del tradicional Arco de San Bernabé, que ayer lucía por su base semidesnudo y no llegó “vestido” este año ni al 11 de junio.