Unos 800 tractores se han movilizado este martes por toda La Rioja para protestar por la situación del campo en La Rioja. Es el cálculo ofrecido por la Delegación del Gobierno en La Rioja donde su portavoz, Beatriz Arraiz, ha reiterado que la protesta de este martes “no ha sido comunicada como determina la Ley, en tiempo y forma” por los convocantes.
Además, Arraiz ha recordado que la Delegación del Gobierno en La Rioja “no autoriza la realización de este tipo de concentraciones porque es un derecho que recoge la propia Constitución española”, pero también ha insistido en que este tipo de concentraciones, marchas y protestas deben ser comunicadas a la Delegación del Gobierno y especificar, entre otros, “el itinerario, la necesidad de contar con refuerzos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para garantizar la seguridad de los propios organizadores y del resto de la ciudadanía y esta comunicación no se ha producido”.
Y es que, tal y como ha insistido la delegada, “tener más o menos problemas depende de que haya una comunicación previa para permitir a los que se manifiesten que lo hagan con garantías y que el resto de la ciudadanía pueda ejercer también sus derechos”.
“Pasamos a los hechos”
Aún así, Arraiz ha asegurado que “entiende la preocupación del sector”, preocupación que comparte con el Gobierno de España. “Pasamos a los hechos porque desde el Gobierno de España hemos puesto en funcionamiento el montante económico más importante de ayudas para este sector estratégico”. De hecho, entre 2022 y 2023 Arraiz calcula que se han inyectado en el sector más de 4.000 millones de euros, además de otras ayudas complementarias. Y también se ha referido a las últimas concedidas a los agricultores y agricultoras riojanas, más de 1,7 millones de euros para 1.407 profesionales en La Rioja.
Asimismo, y hasta el momento, no se ha registrado incidencia ni detención alguna. Tal y como ha relatado Arraiz todos los efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional están velando por la seguridad de los manifestados y de la ciudadanía “aunque sí se han producido algunos momentos de tensión y se han quemado neumáticos, ninguno en carreteras, se están respetando las normas”. Por todo ello, ha agradecido la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado además de afirmar que, “aunque no había comunicación oficial, la Policía y Guardia Civil estaba preparada porque conocíamos la movilización que se estaba organizando a través de grupos de Whatsapp de forma informal , lo preveíamos y estábamos preparados”.
En estos momentos, la mayoría de los tractores se localizan en el Consejo Regulador de La Rioja, en la calle Estambrera de Logroño, “concentración que está siendo pacífica y a la que se están incorporando los procedentes de Villamediana de Iregua”. Por el centro de Logroño, calles ubicadas en el entorno de El Espolón, la circulación también se está viendo afectada por la presencia de tractores. “No hay hechos relevantes más allá de la ralentización del tráfico”, ha concluido.
La próxima, el 13 de febrero
El próximo martes volveremos a vivir una situación similar a la de este 6-F. Y es que ARAG-ASAJA, UPA Rioja y UAGR-COAG han convocado al sector primario riojano para realizar una tractorada con cortes de carretera el próximo 13 de febrero. Protesta con la que quieren reivindicar que “quiere continuar en su actividad para poder seguir alimentando a las familias”. La tractorada convocada por los sindicatos agrarios sí que ha sido comunicada a la Delegación del Gobierno en La Rioja en tiempo y forma.
El sector agrario europeo, español y riojano vive un momento crítico, atacado por una multitud de frentes que comprometen su supervivencia: Normativas europeas que asfixian a los agricultores y los ganaderos con exigencias medioambientales cada vez más estrictas, y que ponen en peligro la viabilidad económica de sus explotaciones. Mientras tanto, el sector agrario sufre la competencia desleal por la realidad de un mercado desregulado que importa de terceros países alimentos a bajo precio y producidos sin la obligatoriedad de normas de cultivo, sanitarias, laborales y fiscales que se exigen a los productores europeos. En Esapaña, los agricultores y ganaderos están teniendo que hacer frente a los efectos de la sequía y el aumento de costes derivado de la inestabilidad política internacional, cuestiones que complican todavía más su supervivencia.
En La Rioja, a todo esto se suma un momento crítico para los viticultores, que atraviesan ya cuatro años de cultivar las prestigiosas uvas de la DOC Rioja al borde de la rentabilidad, o directamente a pérdidas. También otros sectores lo están pasando mal, como el ganadero, el champiñón, el de frutos secos o los herbáceos.