El comercio logroñés sufre porque los jóvenes van a los centros comerciales

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La responsable de Comercio de la Cámara riojana , Patricia Lacarra, el director de la Cámara, Florencio Nicolás, y el concejal de Comercio de Logroño, José Luis Lagunilla, han presentado hoy este estudio en el que, principalmente por encuestas, se han analizado los hábitos de compra en Logroño y el modelo comercial de la ciudad.

Se han analizado la demanda, tanto la que recibe Logroño desde fuera como la que sale de la ciudad, la satisfacción de los consumidores, las tendencias de compra y la oferta comercial.

El estudio parte de los últimos datos del Directorio Central de Empresas del INE, que observa una caída en el número de establecimientos comerciales en La Rioja desde el año 2008, cuando había 4.568, hasta los 4.375 comercios actuales, con lo que se registra el número más bajo de los últimos once años.

Los autores del estudio consideran que dada la población de Logroño (152.107 personas) y la de su zona de influencia (unas 231.000 personas), con un gasto de 3.766 euros por persona y año, el mercado potencial de la capital riojana es de 573 millones de euros, que unidos a los remanentes del turismo suponen 762 millones.

El estudio considera que algunas de las debilidades del comercio urbano de Logroño, y a la vez sus amenazas, son la inclinación de los jóvenes por las grandes superficies y su imagen asociada a precios caros y horarios poco flexibles.

Los productos que principalmente compran los encuestados son ropa, calzado, complementos y alimentación

; por sexos los hombres invierten más en ocio y deporte; y mientras los jóvenes adquieren principalmente esos dos grupos de productos, la compra de alimentación aumenta a la vez que la edad.

La mitad de los encuestados se definen como clientes de grandes superficies y de comercio urbano a partes iguales; el 28,5% se decanta por el comercio urbano y el 22% más bien como cliente de grandes superficies, principalmente jóvenes y hombres.

El estudio cifra en el 12,9% el porcentaje de riojanos que realizan algún tipo de compra por internet, principalmente personas entre 18 y 34 años y personas que se definen como clientes de los centros comerciales y las tiendas de ciudad por igual.

El estudio considera que Logroño proyecta una imagen de ciudad comercial de primer nivel, con una calidad técnica y profesional muy alta del sector.

Sus fortalezas son la cercanía con el cliente, rapidez de la atención, preocupación por las necesidades del cliente, buen trato, asesoramiento experto, garantías, productos originales y excelencia en la atención.

Las desventajas del comercio urbano frente a los centros comerciales son la falta de atractivo de algunos establecimientos, la menor flexibilidad de horarios, menor gama de productos y servicios, precios más caros, menos ofertas y promociones, menor comodidad, falta de información y dificultad de aparcamiento.

El estudio revela que los comercios de Calahorra destaca por la amplitud de gama y mejores precios que en Logroño, además de sus facilidades para aparcar.

Este trabajo considera que la imagen de “originalidad” y “la capacidad de convencimiento” son oportunidades que debe aprovechar el comercio de Logroño.

También propone que se realicen mejoras para favorecer el aparcamiento y el acceso en coche a las zonas de comercio, acciones de formación para los comerciantes, acercar la cultura del comercio urbano a los jóvenes, volver a posicionar a este tipo de comercio con mayor amplitud de gama, horarios más flexibles y precios competitivos, especialmente este último.

Además reclama de la administración un apoyo para la dinamización comercial y para asegurar el relevo generacional en el sector.