La Puerta Gótika, una casa 'okupada' que busca fomentar la cultura para todos

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No se identifican con esa imagen de los okupas que aparece últimamente en los medios de comunicación. Lo sucedido en las calles Saturnino Ulargui y Doce Ligero poco tiene que ver con lo que encontramos en La Puerta Gótika, el centro social que un grupo de okupas está autogestionando en la calle San Gregorio de Logroño, junto al Puente de Piedra.

Los primeros okupas entraron a principios de 2018 y una segunda oleada lo hizo el pasado mes de septiembre. Desde entonces, trabajan en la rehabilitación de este convento abandonado que pertenece a la Sareb.La casa estaba saqueada, habían levantado el suelo para llevarse las cañerías y una de las paredes exteriores se estaba cayendo”, nos explican algunos de ellos.

Su objetivo es crear un edificio alternativo que albergue un completo proyecto de cooperación en el que todos desarrollan actividades para el pueblo, “sin exclusión, sin actitudes de intolerancia y basadas en el respeto”. Pretenden así recuperar un espacio y construir un proyecto social que busca fomentar la cultura para todos y gratuita.

El inmueble cuenta con cuatro plantas y con salas muy espaciosas que este grupo está recuperando para que puedan acoger distintos talleres. Hay kick-boxing, malabares, pilates, pintura, serigrafía, una tienda gratis, una biblioteca, cenador vegano todos los viernes... La idea también es dar espacio a artistas que no tienen cabida en otros lugares y también dar clases a gente sin recursos. “Queremos que esto crezca, que venga gente con ideas que se quiera poner manos a la obra. Cualquier persona es bienvenida para hacer crecer esto”.

De momento, hay ocho personas viviendo aquí, aunque son muchas más las que colaboran con los talleres y actividades. Se trata de un centro autogestionado: “el dinero que se consigue vuelve a la casa y lo reinvertimos para hacer más actividades. No buscamos beneficio económico”.

Uno de los okupas, expulsado

Insisten en que el problema con uno de los 'inquilinos' de la casa, que les acusa de haberlo expulsado violentamente, ha sido algo puntual.

Como han manifestado en un comunicado, “el detonante de nuestra decisión ha venido dado por comportamientos inaceptables como los siguientes: agresiones reiteradas a una compañera, intimidación o faltas continuas de respeto que él mismo reconocía y no quería cambiar. Todo esto, a pesar de los continuos intentos de diálogo. En resumen, bajo la apariencia de un proyecto abierto y participativo no había otra cosa que su propio proyecto individualista y excluyente”. En cualquier caso, recalcan, quieren “pasar página”.

Javier Caballero, la persona que fue expulsada, no comparte esta visión del 'conflicto' y se ha concentrado este viernes en la puerta del inmueble para pedir “un centro de las artes y las ciencias y no una asamblea de okupas”. Sostiene que, pese a llevar viviendo en La Puerta Gótika desde febrero de 2018, el pasado día 13 fue expulsado “de manera violenta” por catorce personas y tuvo que abandonar la casa dejando dentro todas sus pertenencias.

El detonante de esta expulsión fue, según su versión, que varios artistas que llevaban a cabo talleres de restauración, caligrafía, tatuajes o pintura hicieron una alianza para desarrollar estos proyectos y hace hincapié en que el objetivo final de esta alianza siempre ha sido ceder la casa al Gobierno de La Rioja, mientras que el de los actuales okupas, asegura, es “vivir dentro”, pero “esto no es una residencia de estudiantes”, concluye.