Los trabajos para la consolidación del Monte Cantabria continuarán a finales de año

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La segunda fase del proyecto de consolidación y rehabilitación arqueológica en el Monte Cantabria se centrará en la zona oeste del yacimiento y los trabajos se iniciará a finales de año, con plazo de ejecución previsible de cuatro meses. El siguiente paso será licitar el proyecto y solicitar permiso para actuar a la Comunidad Autónoma.

Así lo han anunciado hoy el concejal de Patrimonio y Centro Histórico, Adrián Calonge, y el edil Rubén Antoñanzas, que han detallado que las obras de esta segunda fase tendrán un importe de 250.000 euros, financiados por el Ayuntamiento de Logroño, aunque se seguirá solicitando su inclusión en las subvenciones del Gobierno Central del 1% cultural. Son trabajos encaminados a mejorar las condiciones de conservación de este espacio, permitir la correcta interpretación de los restos existentes y facilitar la divulgación de los valores culturales que contiene este yacimiento, declarado como Bien de Interés Cultural en 2012.

Antoñanzas ha destacado que el recinto ha sido objeto de excavaciones arqueológicas durante el siglo XX, cuyos resultados han quedado a la intemperie en muchas ocasiones “Ahora se pretende mejorar las condiciones de este espacio tan querido por los logroñeses y las logroñesas”. Se trata de tres lienzos de muralla, dos cubos o torres y ocho habitaciones.

Riesgo de desprendimiento

“Estos restos corren peligro de desprendimiento si no están consolidados y son un peligro para visitantes, ya que se localizan a diferentes alturas por lo que que pueden existir riesgos de caídas. El abandono, unido a la basura, han hecho que se vaya degradando todos los elementos constructivos”, ha explicado el edil regionalista.

Los agentes atmosféricos, tales como la lluvia, la nieve o el viento hacen que se degraden las argamasas de estos elementos constructivos, se produzca la meteorización de la piedra y se facilite la acumulación de sedimentos sobe los que crece la vegetación silvestre que, debido a sus raíces, ha provocado que parte de los sillares se disgreguen o, incluso, que se caigan.

“A todo esto se suma el vandalismo al que son sometidos los restos, donde se han localizado residuos, pintadas o accesos indebidos al conjunto. No obstante, tras las últimas intervenciones realizadas en el recinto de entrada del yacimiento, ha habido una importante concienciación sobre la valoración de los restos de Monte Cantabria, por lo que consideramos que debemos continuar dando visibilidad y trabajando por este espacio histórico para que se convierta en un punto de atracción para los logroñeses y logroñesas, la comunidad educativa y el turismo que atrae nuestra ciudad”, ha señalado el concejal Rubén Antoñanzas.

Esta segunda fase de la intervención se suma a la ya realizada en el área norte del yacimiento (zona de acceso), conocida como primera fase, que ha dado luz a diferentes vestigios históricos desde la época prerromana.

Estudio previo

Calonge ha explicado que la zona occidental ha sido objeto de excavaciones en los años 40 y 50 que están al aire. Lo que más preocupa “son los silos medievales, que al excavarse se rellenaron y se han ido llenado de basura y restos”. Esto unido a las ocho habitaciones y el paseo de entrada que conlleva la zona excavada, hace que esta zona peligre para los visitantes y para los restos. Por eso se ha elegido la zona occidental“.

Así, la segunda fase del proyecto comenzará con un estudio arqueológico previo, para determinar el proceso constructivo de los parámetros del conjunto. Se continuará con la consolidación de las fábricas de piedra que conforman la muralla y de los muros de las estructuras excavadas; los diferentes drenajes que afectan a la conservación de todos los elementos del conjunto; la recreación de los niveles de pavimento medieval de las habitaciones del recinto y de los espacios de la zona intramuros; y la delimitación del espacio mediante un cerramiento que dificulte el acceso de vehículos rodados por la ladera oeste.

En el interior del recinto amurallado la actuación se centrará en los espacios excavados. “Está constatado que en estas zonas se produce un drenaje natural a través de las gravas del subsuelo, por lo que una vez realizada la limpieza y el desbroce superficial se efectuará una excavación arqueológica para recuperar los perfiles del suelo medieval, por ejemplo, en varias de las habitaciones del recinto”, ha apuntado el concejal de Patrimonio y Centro Histórico.

En cuanto a los tratamientos de protección, los restos arqueológicos, los silos y las pavimentaciones se protegerán con una manta geotextil de alta densidad. Con el objetivo de crear un filtro que proteja los elementos arqueológicos y que facilite un drenaje natural de aguas limpias, se instalará un fieltro antirraíces para impedir la germinación de semillas de floración natural.

Respecto a los lienzos y a los cubos de la muralla, se efectuará una limpieza general y un desbroce completo utilizando técnicas de topografía especializada. “Gracias a la lectura de diferentes parámetros, se intentarán determinar los períodos constructivos, lo que servirá para identificar las zonas más sensibles y que requieren una protección especial. Una vez documentada esta realidad geométrica, se efectuará la restauración de los paramentos de piedra, cada uno conforme a sus características constructivas originales”, ha señalado el edil Adrián Calonge.

Se proseguirá reconstruyendo los lienzos desmoronados partiendo del material original.

Cerramientos y señalética

El proyecto para la segunda fase también comprende la realización de determinadas obras que impidan la utilización inadecuada del yacimiento arqueológico. Así, se reforzarán los cierres de las vías de acceso al recinto para impedir el paso de vehículos rodados y se colocarán barreras para redirigir el tráfico por un recorrido que no dañe este Bien de Interés Cultural.

Además, dentro del yacimiento también se realizarán labores de mantenimiento y se repondrá la señalización de información, como la del acceso al conjunto; o de seguridad, como la que avisaba del riesgo de aproximación a un corte en altura y que fue destruida en diferentes actos vandálicos.

También se llevarán a cabo tareas de divulgación, con la realización de un cuadernillo, un vídeo de corta duración y una jornada divulgativa.