Según los documentos escritos, el Puente de Piedra de Logroño celebra este año su 125 aniversario. Cuenta la historia que el día 14 de junio del año 1884, el señor alcalde don Miguel Salvador, junto con numerosos concejales, dejaron constancia de la inauguración del Puente de Piedra, según fuentes internautas, de esta forma:
“El señor ingeniero jefe de Obras Públicas de esta provincia, don Cesáreo Moroy, participa que desde las primeras horas del día 11 del mes actual quedó abierto al tránsito público el Puente de Piedra sobre el río Ebro. El Ayuntamiento se enteró con verdadera satisfacción del mencionado oficio, acordando dar gracias expresas al señor Moroy por la deferencia guardada a la representación popular, y al propio tiempo fueron aprobadas las medidas provisionales que había adoptado el señor alcalde para el servicio de la recaudación de consumos en aquel punto, que ni por un momento podría quedar desatendido”.
El Puente de Piedra de Logroño es uno de los monumentos más característicos y emblemáticos de la ciudad. Uniendo ambas márgenes del río Ebro a su paso por el centro de la ciudad, se ha convertido en uno de los cuatro puentes de Logroño. También conocido como Puente de San Juan de Ortega, hace referencia a la capilla que antiguamente existía en su margen izquierda en honor al santo que, según la tradición, fue el constructor del puente original. Siendo entrada del Camino de Santiago, el puente actual fue construido por Fermín Manso de Zúñiga en el año 1884.
En el Fuero de Logroño, 1095, se habla de un puente: “Y si viniera algún hombre de más allá del río Ebro, que pidiera en juicio a algún poblador que responda en su villa o en la cabeza del Puente de San Juan”. A pesar de esto, la primera descripción que se hace del puente data de 1633, en la que Fernando Albia de Castro lo describe como de 716 pies de vara, 12 arcos reales, 46 pies de hueco y 18 pies de anchura; sobre él tres torres en puestos proporcionados que han servido a todo el reino de gloriosa defensa.
A lo largo de su historia sobre el río Ebro, el puente ha sufrido diversas catástrofes naturales que dieron que sus torreones en el fondo del río. Además, las guerras y enfrentamientos bélicos ayudaron a la destrucción de alguno de los arcos de la construcción original y privando a Logroño de un paso que enlazase las dos márgenes del río.
Cuenta la historia que un Regimiento de Infantería calló al río, ahogándose 90 de los soldados que en la barcaza viajaban. Debido a este accidente, la premura por construir un puente que uniese las dos orillas del Ebro resurgió con urgencia, construyéndose un puente provisional de madera que después pasaría a ser el conocido Puente de Hierro. El Puente de Piedra continuó su andadura de la mano del ingeniero Fermín Manso de Zúñiga, quien proyectó la reconstrucción del puente con los 7 arcos que en la actualidad se pueden apreciar, situando las cimbras de la nueva construcción sobre las cimentaciones del antiguo puente. La obra se realizó en dos fases, siendo su inauguración el 11 de junio de 1884 y coincidiendo con las fiestas patronales de San Bernabé.
125 años después, el Puente de Piedra sigue mirando espléndido a ambas orillas del río Ebro, siendo entrada de peregrinos y señal indiscutible de la ciudad de Logroño. Es momento de rendirle homenaje y por ello, estas fiestas de San Bernabé, un concierto a cargo de la Unidad de Música de la Academia General Militar de Zaragoza será el encargado de conmemorar su aniversario. Este viernes, 12 de junio, a las 18:00 horas, el Puente de Piedra se convertirá en un puente joven, engalanado por la Asociación de Floristas de Logroño y por las flores creadas por 90 niños de las ludotecas de la ciudad, y recibirá su merecido homenaje.