Los incendios que en los últimos días han calcinado 30.000 hectáreas de bosque y más de 150 viviendas, lo que ha obligado a miles de personas a huir, al noroeste de Atenas ya están controlados y los bomberos se disponen a intentar extinguir las llamas.
El Gobierno griego, duramente criticado por su gestión de los incendios, que a todo el mundo en el país recordaban a los de hace dos años que acabaron con la vida de 65 personas, asegura que los fuertes vientos en la región del Ática han dificultado los trabajos de los bomberos.“Si lo que ha ocurrido en Ática es lo mejor que el Gobierno puede hacer, entonces está claro que necesitamos sustituirlo urgentemente”, considera el diario liberal 'Ethnos' en su editorial de hoy, ejemplificando la sensación general de la opinión pública griega.
“Errores y deficiencias fatales”, se lee en el titular de primera página del rotativo conservador 'Kathimerini', tradicionalmente afín al Gobierno conservador del primer ministro Costas Karamanlis. En este sentido, recuerda que las autoridades se comprometieron a repetir los errores de los incendios de 2007 en el Peloponeso.
Hidroaviones griegos, italianos y franceses, así como cientos de bomberos y soldados, han luchado contra el fuego desde que el primer foco empezó a arder el pasado viernes. En sólo cuatro días se han quemado unas 30.000 hectáreas de bosque y también granjas y olivares. Miles de personas dejaron sus hogares después de que el Gobierno declarara el estado de emergencia en Ática.
Ahora, un portavoz de la brigada de bomberos ha confirmado que “no quedan frentes del fuego en Ática, pero las fuerzas continúan allí en caso de que se reaviven las llamas”. Un fiscal ha abierto una investigación para esclarecer si los incendios fueron obra de pirómanos.