El pasado domingo, muchas de las personas que fueron a Moncalvillo a por setas tuvieron que repartir su colecta con el agente forestal. El monte está dando sus frutos y las cestas bajaban llenas pero la normativa impone límites.
Para evitar el negocio que se había generado en los últimos años con las setas, el gobierno creó en 2015 un decreto regulando esta actividad. Los recolectores habituales de setas lo conocen, los domingueros descubren la “sorpresa” cuando se encuentran por el camino con el guarda forestal. Setas requisadas y multas que van de los 30 a los 300 euros es lo que te puedes encontrar si no conoces estas normas básicas para coger setas en La Rioja.
El primer límite está en la cantidad. No se pueden coger más de 3 kilogramos de setas por persona y día, excepto en los terrenos acotados en los que se cuente con un permiso especial. Es decir, el guarda pesará nuestra cesta y requisará todo el excedente, además de ponernos la correspondiente multa.
Solamente el pasado sábado, los Agentes Forestales de Medio Natural interceptaron durante el control en Moncalvillo más de 100 kilos de hongos fuera de cupo, que fueron decomisados y entregados a los Ayuntamientos propietarios de los montes. Ayer lunes, día en que está prohibida la recogida de setas en los terrenos libres, al igual que los martes, se han repetido los controles interceptando también a numerosos aficionados con varios kilos de hongos.
Tampoco se pueden coger las setas (y las trufas) cuando nosotros queramos. Está prohibido recolectar de noche y tampoco se podrá coger los lunes o martes. Esos dos días de la semana está prohibido coger cualquier especie en todo el territorio riojano.
Se prohibe también recogerlas sin cortarlas por el pie con navaja ya que al arrancarlas desde la base llevándose el micelio, se impide que vuelvan a crecer la próxima temporada. Están prohibidas también las herramientas como hoces, rastrillos o hazadas que puedan dañar el terreno y salir a por setas durante una batida de caza.
Sólo se deben recolectar setas que hayan llegado a su tamaño normal de madurez y hay que dejar tal cual, en su lugar, los ejemplares pasados, rotos o alterados. Las setas deberán trasladarse en cestas de mimbre o paja para permitir la dispersión de las esporas para su reproducción.
Existen además terrenos acotados donde pueden cogerse las setas con un permiso especial del propietario que debe llevarse siempre encima junto con un documento de identificación como el DNI. Estos lugares pueden consultarse aquí.
En La Rioja pueden recogerse hasta 36 especies comestibles. El resto están limitadas a fines científicos, medicinales o conservacionistas. Para recogerlas, se requieren permisos especiales que otorga la Dirección General de Medio Natural.
Los boletus, perrechicos o níscalos empiezan a poblar ya nuestros montes. Al placer de pasear por el monte y cogerlas, se suma el de cocinarlas y degustarlas después. Auténticas delicias que regala la tierra, que son de todos pero que deben ser recogidas con moderación ya que el principio, por encima de cualquier uso, es siempre la conservación de las especies y del medio ambiente.