La Federación de Servicios (FES) de UGT de La Rioja critica “el ejercicio de cinismo” del consejero de Presidencia y Justicia, Emilio del Río, que tiene la “desvergüenza” de alardear del servicio que ofrece el SOS Rioja mientras permitió hace tan solo tres meses que todos los trabajadores del servicio fueran despedidos y recontratados con inferiores condiciones laborales el pasado mes de septiembre.
De hecho, a través de un comunicado aseguran que “todos los trabajadores han presentado ante el Juzgado de lo Social una demanda para reclamar la recuperación de sus condiciones laborales”. Los trabajadores ya denunciaron públicamente sentirse “engañados” al recibir el pasado 30 de septiembre la comunicación de despido, a pesar de que la Consejería de Administración Pública y Hacienda (titular de las competencias de este servicio) se comprometió a la subrogación de la plantilla.
Al cambiar la prestación del servicio, ninguno de los trabajadores fue subrogado y la nueva adjudicataria, la UTE Telefónica Soluciones de Informática y Comunicaciones de España SAU-Pirenalia NET Center SL., ofreció a los trabajadores contratos parciales indefinidos a partir del 1 de octubre de 2014, perdiendo todos los derechos adquiridos así como su antigüedad.
Los trabajadores se sintieron engañados por la Administración, que los dejó completamente indefensos y les abocó a aceptar las condiciones rebajadas que ofrecía la nueva empresa; y todo por ahorrarse unos euros a cambio de la calidad y la eficacia del servicio. Como ejemplo, apuntan, el próximo lunes se procede a activar la correspondiente alerta por nieve pero no existe suficiente personal para cubrirla debido a la reducción horaria a la que se les obligó por parte de la nueva empresa.
Y ahora, el consejero Emilio del Río decide “presumir de un servicio que se sustenta con un altísimo nivel de eficacia gracias a unos trabajadores a los que dejó indefensos por la inoperancia de su Ejecutivo y el incumplimiento de los compromisos que adquirió”. Por ello, FES-UGT exige que deje de alardear de un servicio del que no se ha preocupado hasta que no ha tenido que “sacar pecho” ante los ciudadanos, en un ejercicio de cinismo que deja perplejo a los trabajadores.