Se considera que acudir con frecuencia a la consulta por somatizaciones y malestar psicológico es uno de los muchos signos de alerta que el facultativo debe tener en cuenta a la hora de detectar casos de violencia doméstica. “Si el médico de familia conoce cuáles son los síntomas de alarma que le deben empujar a indagar activamente si existe o no una situación de maltrato y, al mismo tiempo, dispone de las herramientas y conocimientos adecuados, será capaz de detectar este tipo de casos en sus entrevistas diarias de 5 ó 10 minutos y contribuir de forma muy significativa a mejorar la situación de estas mujeres. Por tanto, la formación específica en este tema es clave es clave”, explica la doctora Mónica Jiménez, del Grupo de Atención a la Mujer de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFYC) y formadora de equipos de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid en violencia contra las mujeres.
Por este motivo, Mónica Jiménez y Elena Polentinos han impartido un taller dedicado a la detección y abordaje de la violencia doméstica en la Atención Primaria en el marco de las Jornadas de Actualización en Medicina de Familia que han tenido lugar recientemente en el Hotel NH Eurobuilding de Madrid. Más de trescientos profesionales han asistido a estas jornadas formativas de carácter eminentemente práctico organizadas por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la SoMaMFYC, con la colaboración del Instituto de Formación Novartis. En total han sido cerca de una treintena de talleres que han abarcado numerosos aspectos de la labor que realiza a diario el médico de familia, como el abordaje del tabaquismo, la intervención en el maltrato a los ancianos o el acompañamiento emocional al final de la vida. El director académico de las jornadas, José Zarco, asegura que el objetivo final “es facilitar a todos los médicos de familia el avance en su desarrollo profesional individualizado perfeccionando las competencias que definen su perfil y buscando la excelencia no sólo desde una perspectiva técnica sino también ética”.
Por su parte, Francisco Ballester, Director General de Novartis Farmacéutica España, señala: “es fundamental promover la formación de los médicos de familia para actualizar sus conocimientos en relación a las problemáticas actuales, como es en este caso la detección precoz de la violencia doméstica. Por esta razón, desde el Instituto de Formación Novartis apoyamos la celebración de estas Jornadas junto a la semFYC desde hace más de diez años”.
Cada día se producen un millón de consultas en los centros de salud españoles. El 60% de esas consultas las hacen mujeres y un porcentaje significativo de ellas, unas 60.000, sufren maltrato pero no lo mencionan de manera expresa delante del médico. Para la doctora Mónica Jiménez, “es muy importante que el médico de familia adopte ante estas pacientes una actitud empática, que cree un clima de confianza y no tenga miedo a preguntar directamente, por lo que es clave conocer la actuación sanitaria profesional ante cada caso y situación. La violencia de pareja es un problema complejo que requiere de soluciones complejas”.
FORMACIÓN
El temor a invadir la esfera privada de la paciente es una de las razones que explican el diagnóstico tardío. En opinión de la doctora Jiménez, la formación contribuye a una mejor respuesta del profesional ante una situación de malos tratos. “Lo habitual –añade- es que un profesional sanitario no formado no sepa que hacer o cometa errores bienintencionados. Mientras que tener una formación específica permite ofrecer una actuación profesional y no personal, ya que esta última en ocasiones puede confundir o culpabilizar aún más a la mujer”.
La Atención Primaria juega un papel crucial porque muchas mujeres van a ir al centro de salud o a los servicios de urgencias en busca de ayuda. “Los médicos deben tener en cuenta que la paciente acude a la consulta en la mayoría de los casos sin saber realmente lo que le está ocurriendo, pues todavía no es capaz de poner nombre a lo que le sucede. Estas mujeres consultan con frecuencia al personal sanitario porque tienen una mala salud, es decir, realmente consultan por las consecuencias del maltrato. Sin embargo, un estudio cualitativo realizado en la Comunidad de Madrid revela que a las mujeres les hubiera gustado que como profesionales indagáramos sobre su relación de pareja y, por tanto, esperan que seamos nosotros quienes les preguntemos al respecto”, asegura esta experta.
PAUTAS EN LA CONSULTA
En el taller se abordarán una serie de pautas para realizar una entrevista clínica ante una sospecha de maltrato: citar a la mujer sola (asegurar confidencialidad); utilizar el tiempo necesario; observar las actitudes y el estado emocional de la paciente (lenguaje verbal y no verbal); facilitar la expresión de sentimientos, mantener una actitud de escucha activa; hacerle sentir que no es culpable de la violencia sufrida; expresar claramente que la violencia nunca está justificada, abordar directamente el tema (preguntas que faciliten las respuestas como por ejemplo ¿cómo le van las cosas en casa?; ¿tiene algún problema con su esposo o con los hijos?, etc.); creer y tomar en serio a la mujer sin emitir juicios, alertarla sobre los riesgo que corre; respetar su decisión y en última instancia ayudarla a tomar decisiones. La descripción detallada de todos estos hechos debe incluirse en el historial de la paciente.
“Una vez realizada la entrevista y tras confirmar la existencia de una situación de violencia doméstica, el médico deberá valorar distintas esferas que hay que tener en cuenta en estos casos: si su vida corre peligro, el impacto en su salud, en qué momento del proceso se encuentra (si la mujer reconoce el problema, se plantea el cambio, etc.).
En función de cada caso se sigue una actuación u otra. De manera que no se trata de derivar como primera opción a la paciente a otros profesionales, sino acompañarla en el proceso de elaboración y aceptación hasta que la mujer esté preparada para realizar cambios“, concluye la doctora Jiménez.