Como cada viernes después de la oración en la mezquita, ha tenido lugar la manifestación semanal en Bilín contra el muro y la ocupación. Los residentes de Bilín, activistas israelíes e internacionales, marcharon hacia el muro con banderas y pancartas condenando la situación. La manifestación partió del centro del pueblo, donde los participantes coreaban eslóganes contra la ocupación, a favor de la unidad nacional y de la liberación de los miles de prisioneros palestinos en cárceles israelíes, muchos de ellos sin cargos.
Una vez que llegaron al muro uno de los manifestantes lanzó una pelota al otro lado, como respuesta al último anuncio publicitario en la televisión israelí de la compañía de teléfonos móviles Cellcome, en el que unos soldados israelíes juegan al fútbol pasando la pelota por encima del muro con unos palestinos que están al otro lado. El citado anuncio ha causado indignación porque muestra a unos soldados divirtiéndose ignorando y mofándose del verdadero sufrimiento, la discriminación racial y la pobreza en la que viven los palestinos del otro lado del muro que la mayoría de la sociedad israelí no ve.
Un grupo de palestinos trató de abrir la barrera que les separaba del ejército israelí para pasar y mostrar la foto de Bassem Abu Rahmah, para así recordarles su asesinato impune en ese mismo lugar hace tres meses.
Una vez más, la manifestación pacífica ha sido reprimida de forma desproporcionada por el ejercito israelí. Nos hemos ahorrado los chorros de aguas fecales que tiraron en las dos anteriores, pero nos han arrojado bombas de gas lacrimógeno como las que mataron a Abed. A una compañera casi le alcanza una de estas bombas. Las sientes pasar muy cerca. En ese momento eres consciente de que es cuestión de suerte que ninguna impacte contra ti. Los jóvenes han respondido lanzando piedras con ondas. No es sano crecer sintiéndote humillado, sin reaccionar. Puede que, defendiéndose con piedras su autoestima de alguna manera se salve.
Hoy he sentido más miedo, más ahogo, pero con el limón o la cebolla terminan pasando al menos los efectos del gas lacrimógeno. Una vez que la manifestación ha terminado he liberado tensión, esa tensión que es tan nociva, esa tensión que se acumula cuando se presencia tanta injusticia.