Menores y tecnologías: “No es conveniente dejar un dispositivo móvil a los menores de seis años”

Rioja2

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La salud mental es uno de los problemas más importantes a nivel internacional y ha dejado de ser una patología exclusiva de la edad adulta. En La Rioja, la depresión entre la juventud ha aumentado durante los últimos años. En una clase de 25 escolares, tres estarían sufriendo una depresión moderada-grave, un 12,5%, según los datos que se desprenden del estudio PSICE (Psicología basada en la evidencia en Contextos Educativos). Y la pandemia no hizo más que agudizar e incrementar este problema.

Numerosos estudios coinciden en la influencia de la pandemia en la salud mental de los adultos y también en la de niños, niñas y adolescentes. Premisa que comparte, la psicóloga clínica, Pilar Berzosa. “Sí que ha tenido mucho ver aunque todavía no está evidenciado de manera fehaciente porque no ha pasado el tiempo suficiente, pero sí que hay estadísticas sobre la influencia del uso indiscriminado de las tecnologías y redes sociales en la salud mental de los adolescentes y su elevada exposición a esas tecnologías.” Y es que, Berzosa advierte de las consecuencias que ya se están detectando. “Este uso indiscriminado de las tecnologías genera adicción, la misma adicción que tienen las personas que consumen alcohol o cualquier otra droga. Si un menor, con un cerebro tan limpio e inmaduro, comienza a tener adicciones a edades tan tempranas, o se soluciona cuanto antes, o tendrá su huella en su edad adulta”.

Las huellas del uso indiscriminado de teconologías

Las investigaciones que se están realizando en esta línea ya perfilan algunas consecuencias, esas huellas del uso indiscriminado de las tecnologías y que la psicóloga clínica vincula directamente con “adición; riesgo de consumo de pornografía; riesgo de baja autoestima por estar sometido a fantasías sobre cómo tiene que ser tu cuerpo; riesgo elevado de conductas graves a la salud y autolesiones; trastornos de conductas alimentarias e ideaciones suicidas porque en lal red hay tutoriales para saber cómo hacerlo”. Consecuencias que ya se están detectando en menores de seis años aunque la mayor incidencia se registra en la adolescencia.

Y para no llegar a padecer estas consecuencias y tratar de evitar estas huellas, Berzosa plantea algunas soluciones que pueden adoptarse desde el ámbito familiar. “No es conveniente dejar un dispositivo móvil a los menores de seis años, estos menores no deben tener acceso a ninguna tecnología, ni móvil, ni tablet. A partir de esta edad se puede incluir algo de tablet, pero siempre como algo adicional a los juegos de grupo y reales. Y lo ideal sería retrasar el uso del móvil hasta los 16 años, algo que parece imposible, así que debemos intentar retrasarlo hasta los 14 años”.

Pilar Berzosa es además la presidenta del Comité Organizador del congreso que se ha celebrado estos días y organizado por la Universidad Internaciola de La Rioja (UNIR) y la Asociación Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar (AEI+DTF), 'Prevención y tratamiento familiar para la mejora de la salud mental infantojuvenil'. Este encuentro ha reunido este fin de semana a más de 150 congresistas de manera online y presencial para compartir experiencias, fomentar el diálogo interdisciplinario y promover prácticas que mejoren la salud mental en las familias y al que han asistido profesionales, docentes, investigadores y estudiantes para compartir experiencias, fomentar el diálogo interdisciplinario y promover prácticas que mejoren la salud mental en las familias.

En su conversación con Rioja2, esta psicóloga clínica ha resaltado la importancia de este tipo de congresos para visibilizar la salud mental infantojuvenil y el abordaje de este problema con evidencias científicas y desde la ciencia. Cuando hablamos de salud mental en general, estamos pensando en enfermedades mentales graves y resulta que el estrés, el síndrome de burnout, la ansiedad, depresión, ideación suicida... afectan a una cantidad muy elevada de la población, lo que hace que los ansiolíticos, antidepresivos, somníferos y tranquilizantes sean los medicamentos más importantes en el mundo. Un hecho lo suficientemente importante como para darle a la salud mental la importancia que merece.

Y en el caso de la salud mental infantojuvenil, la familia y el colegio son determinantes. “La familia porque es donde se configura la personalidad emocional de los menores y adolescentes y les da estabilidad y los colegios porque este contexto también contribuye a configurar la personalidad”. Dos ámbitos, asegura esta experta, que “deben tener un mismo lenguaje y objetivos, algo que en la actualidad no ocurre. Ahora familia y colegio no van en la misma línea por lo que es necesario que se generen planes para que haya una coordinación entre familia y colegio, y eso pasa, entre otros, por aumentar la ratio de profesionales para nuestros niños y niñas a nivel clínico y tener una mirada conjunta y una coordinación en el plano sanitario, social y educativo teniendo en cuenta la sociedad tan plural en la que vivimos”.

Y además, a lo largo de este congreso, también se ha puesto de manifiesto la importancia de cuidar de la salud mental y la prevención a través de las competencias emocionales. Para ello, se ha resaltado la importancia de sensibilizar al profesorado, a las familias, a las clases políticas para que tomen medidas. “A pesar de la dificultad de investigar en el entorno familiar porque es un ámbito privado, pero si queremos tomar medidas para prevenir problemas como ideación suicida, autolesiones, bullying para trasladar a políticas públicas, sanitarias, ámbitos educativos e instituciones públicas y privadas debemos aportar datos desde la ciencia”, concluye Berzosa.