Un desafiante Max Mosley acaba de anunciar que no tiene otra opción que considerar una vez más su reelección como presidente de la Federación como respuesta al “injustificado” ataque que está sufriendo el órgano rector de la F1 desde los equipos y los constructores.
La próxima reunión del Consejo Mundial del Deporte Automovilístico el miércoles puede ser clave para resolver el asunto y que la FIA reaccione ante la escapada que pretenden hacer los equipos. Pero Mosley ha dejado claro que no va a renunciar a su cargo por ceder a los deseos de las escuderías.
El actual presidente de la FIA ha insistido en una carta emitida hoy que son los miembros de la FIA lo que deben decidir si quieren que continúe en el cargo para ayudar a evitar que los equipos cumplan su amenaza.
“En las últimas semanas ha quedado claro que uno de los objetivos de los equipos disidentes es que dimita el presidente de la FIA. El año pasado me ofrecieron su confianza y, tal y como escribí el 16 de mayo de 2008, era mi intenciópn no optar a la reelección en octubre de este año”, escribe Mosley en una carta emitida por Autosport. A raíz del ataque sobre mi mandato, ahora tengo que reflexionar sobre mi decisión original de no presentarme a la reelección. Sin embargo, a raíz del ataque sobre mi mandato, ahora tengo que reflexionar sobre si mi decisión original de no presentarme a la reelección fue correcta
. Sólo los miembros de la FIA deciden democráticamente a sus dirigente y no la industria del automóvil. Y menos aún los individuos que la industria del automóvil elige para dirigir a los equipos en la Fórmula 1“.
“Este es un ataque a los derechos de la FIA de regular el Campeonato Mundial. Y lo que es peor, son críticas injustificadas y un desafío directo a toda la estructura y al propósito de la FIA”, agrega Mosley. “Ningún presidente de la FIA puede permitir que esto quede así... estamos preparando también un procedimiento judicial en caso de sea necesario para proteger los derechos de la FIA en el Campeonato y para disuadir a cualquier equipo de la Fórmula 1 que incurra en actos ilegales”.
Mosley también ha querido arrojar dudas sobre quiénes de los fabricantes estarían dispuestos a participar y ofrecer su apoyo financiero a la escisión de la F1.
“El catalizador de la actual controversia se centra en que la FIA quiere reducir costes. Y eso es esencial para que los equipos independientes puedan sobrevivir. Sin los equipos independientes, el campeonato dependerá sólo de fabricantes de automóviles que, por supuesto, siempre han ido y venido a su antojo. Queda por ver si las juntas directivas de las empresas matrices permitirán que los recursos que tienen ahora se desperdicien de esta manera. Es extraordinario que en un momento en el que los cinco fabricantes que participan tienen grandes dificultades financieras y dependen del dinero de los contribuyentes, pongan en peligro a la F1 con el fin de evitar esa reducción de costes”.“Queda por ver si las juntas directivas de las empresas matrices permitirán que los recursos que tienen ahora se desperdicien de esta manera”, concluye.